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Creación, desarrollo y restauración… 255 contaron con el apoyo decidido de la Monarquía, que promocio- nará sus escritos por medio de la imprenta. Los nombres de és- tos, suponen un momento de fuerte esplendor, de lo que será el Estudio del siglo XV, donde el centro está puesto en las Leyes y los Cánones 31 . La Teología como ciencia primera del momento, no podía quedar al margen de estos hechos, sino que se producen frutos que se concretan en el desarrollo de una nueva comprensión, que queda atestiguada por personajes como el Tostado, Pedro de Osma, Sánchez de Arévalo, Alonso de Santamaría, Anaya Maldo- nado, Juan de Mella o Juan de Torquemada. Precisamente, Juan de Segovia, Alfonso Fernández de Madrigal (el Tostado) y Juan de Torquemada, participarán en el Concilio de Basilea como teólo- go. Éstos coinciden en el hecho de trascender su entorno natural y, por lo mismo, ser conocidos más allá de las fronteras de Casti- lla, lo que va estrechamente unido también a los grados que co- mienza a conferir la Universidad en aquellos momentos. El fin del siglo XV supone también un antes y un después en el contexto de las Coronas de Castilla y Aragón. Quedaba teóri- camente consumada la unidad dinástica de España. No cabe duda que la imagen de unidad aportaba fuerza y estabilidad para los rei- nos peninsulares y, al mismo tiempo, daba paso a una etapa cuyo horizonte novedoso también sería el encuentro pacífico. A con- quistar ese espacio de paz y tranquilidad interior, habían ayuda- do también la expulsión de los judíos que, lejos de ser únicamente algo promovido por la Corona, tenía un fuerte respaldo popular. No se puede olvidar que el papado había apoyado las actividades misionales de dominicos y franciscanos, ante judíos y mahome- tanos. Algo que se hacía manifiesto desde una literatura teoló- gico-apologética, donde un número nada desdeñable de autores escribían obras apoyando directamente una intervención contra este tipo de grupos socio-religiosos minoritarios. Dichos grupos seguían siendo una dificultad para la convivencia que, progresiva- mente derivaba hacia conflictos también en lo doctrinal 32 . 31  Es necesario destacar a Gonzalo García de Villadiego, Juan López de Segovia, Diego de Segura, Rodrigo Suárez y Juan López de Palacios Rubios. 32  Entre los autores más significativos se cuentan Alonso de Espina, Alonso de Cartagena, Gonzalo de Villadiego, Pedro de la Caballería, Pedro González de Mendoza, Jaime Pérez de Valencia, Juan de Colmenares, Juan López de Segovia y Juan de Torquemada.

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