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363 Patrística y cánones sobre el derecho de guerra justa en la «Escuela de Salamanca» Miguel Anxo Pena González 1 Universidad Pontificia de Salamanca L as primitivas comunidades cristianas, haciendo una lectura espiritual de la predicación de Jesús de Nazaret, consideraban que en el cristiano, frente a cualquier forma de enfrentamiento bélico, sólo había lugar para una actitud y respuesta pacífica. 2 Esta línea de pensamiento fue respaldada por figuras de la talla de Orígenes o del propio Tertuliano. Con todo, mientras ellos seguían predicando estas posturas, la realidad es que el cristianismo se iba propagando, y también, como consecuencia del movimiento y expansión de las legiones romanas, en las que los cristianos eran un número cada vez más numeroso. No se puede obviar que el lenguaje evangélico resulta ambivalente, dejando espacio para posiciones opuestas e, incluso, encontradas. Algunos dichos del Nazareno podían ser considerados como justificadores de la violencia. Recuér- dese, a este respecto, la imagen de un Jesús colérico, que expulsa a los mercade- res del templo con un látigo (Juan, 2 , 13 ), lo que para algunos era una justi- ficación de la defensa armada de la religión. De igual manera, y sin pretender hacer un recorrido por los textos del Nuevo Testamento, el hecho de que Cornelio fuera un centurión romano, no fue un impedimento para que Pedro lo bautizase (Hechos de los Apóstoles, 10 ). También podemos encontrar pos- turas que denotan un mensaje netamente pacifista basado en el amor y la paz. Esta ambigüedad de doctrina, con bastante probabilidad, fue lo que llevó a los diversos autores a buscar la argumentación que consideraban más veraz, pero siempre a partir de su propia experiencia personal. 1 El presente trabajo ha sido realizado en el marco del Proyecto de Investigación del Ministe- rio de Economía y Competitividad: «Las Universidades Hispánicas (siglos xv-xix ): España, Por- tugal, Italia y México. Historia, saberes e imagen», con la referencia HAR 2012 - 30663 . 2 Así se deduce de testimonios como el que nos aporta el apologista Justino: «Nosotros, que nos matábamos antes los unos a los otros, ahora no sólo no hacemos la guerra a nuestros enemi- gos, sino que no podemos engañar ni mentir a nuestros jueces; nosotros morimos con alegría con- fesando a Cristo». S. Justino, Apologetica , I, 39 (PG 6 , 387 ).

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