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66 MIGUELANXO PENA GONZÁLEZ necesario, también hoy, ver cuál es la manifestación de la presencia de Dios, que no guía exclusivamente al emigrante, sino a toda una sociedad que se encuentra en camino, aunque en muchos momentos no sea muy consciente de ello. Una última apreciación sobre este tema. El contraste no es sólo cultural o religioso, sino que hay un elemento que consideramos de suma importancia. Nos estamos refiriendo a la procedencia de aquellos que llegan. En su gran mayoría, provienen de contextos rurales muy precarios, por lo que el salto a una sociedad urbana, sumamente tecnificada, todavía resulta más complicado. Quizás no sea muy fácil ver las consecuencias de este cambio, pero no cabe duda que es pre ciso estar atentos, para que la esperanza esté fundado en lo auténtico, en lo pro fundo, y no se desvirtúe en otras cuestiones que son secundarias pero que, des lumbran y, por lo mismo, pareciera que son las fundamentales. 3. liiciór’i Con lo afirmado hasta ahora, damos un paso adelante. Se trata de la bús queda de la necesaria integración. Estamos convencidos que la propia fe, en muchos casos, puede ser un camino apropiado para que ésta se haga realidad. Incluso nos atreveríamos a decir que dicha integración comienza por lo reli gioso, por nuestras propias creencias. El inmigrante que llega a una nueva reali dad cultural, encontrará más conexiones desde lo religioso que, desde otros aspectos culturales. En este sentido, por ejemplo, la experiencia de las grandes religiones que viven y expresan su fe de una determinada manera en lugares muy diversos es una prueba de ello9. Aunque muchas veces no seamos conscientes, en el entorno católico, gran número de estructuras e instituciones están entregadas a facilitar la inte gración de aquellos que llegan al viejo continente. Es una apuesta en la que se está contemplado, a un mismo tiempo, el aspecto religioso, social, comunitario e incluso político en la nueva sociedad. Pero aquí no podemos ser ingenuos, es necesario que esta integración, también desde dichas estructuras, intente vol carse en una tarea mucho más ardua, que es la de la formación’°. Un hombre sensible, con dificultades, en muchos momentos distante de los suyos necesita sentirse arropado, por lo que no valdrá simplemente con desarrollar unos Acerca de a base ideológica y terminológica, cf. J.L. SEGOVIA BERNABÉ, “L<Alianza» O «choque de civilizaciones»? Algunos aspectos olvidados del debate”, en M.A. PENA GoNzÁLEz — A. GALINDO GARCIA (eds.), Inmigración y estructuras sociales, Publicaciones Universidad Pontificia de Salamanca, Salamanca 2006, 283-302. 10 f• Y. ONGHEMA, ‘Dinámicas interculturales y construcción identitaria”, en M. NAsH — R. TELL0 — N. BENAcH (eds.), Inmigración, género y espacios urbanos. Los retos de la diversidad, Edi cions Bellaterra, Barcelona 2005, 57.

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