BCCAP000000000000072ELEC
LA «ESCUELA DE SALAMANCA»: UN CONTEXTO SINGULAR 17 de los precios, la simonía, las cuestiones teológicas… Lo que vemos concretarse, diez años después de su muerte, con la publicación de sus Relecciones teoló- gicas . En este sentido, Salamanca, puede ser vista como una prolongación de París, que llegará a estar en el centro de atención, en razón también del lugar que la Corona de Castilla ocupa en la Contrarreforma, a lo que ayudaría de manera contundente la presión creciente de la Universidad Complutense, que obligará a la Universidad de Salamanca a ofrecer algo novedoso y diferente que le permita ocupar ese tradicional primer puesto que le correspondía por historia. Cuando Vitoria accede a la cátedra de Prima en Salamanca, la realidad de la que empieza a formar parte es diversa de aquella que él había conocido y experimentado hasta el presente. San Esteban es todo un emporio de ciencia teo- lógica, pero la Universidad de Salamanca, tenía su elemento más significativo en el estudio del Derecho, por lo que la Teología como ciencia primera, ocupa de facto un segundo lugar. No cabe duda que la recuperación de ésta a su lugar formal es uno de los logros del maestro dominico y de su manera novedosa de entender la Teología, quedando la Facultad de Teología en manos, especialmen- te, de los regulares. Vitoria, como cualquier autor, no surge de la nada, sino que tiene unas fuentes de inspiración, algunas con un carácter más personal y otras que vienen determinadas por lo genérico, que dan sentido y ayudan a desarrollar y ampliar su mente, para poder dar clara respuesta a las cuestiones teológicas que se le plantean. Vitoria toma la Summa como base de su enseñanza y de sus lecciones. Esta actitud será un auténtico logro en la búsqueda de unidad y claridad de ideas, en un momento fuertemente convulso, y en el que era preciso tener perfectamen- te definido por dónde caminar. En este sentido, lejos de lo que ocurrirá posterior- mente, Vitoria se considera libre, como ya hemos indicado, para utilizar aquello que más le ayude a la comprensión del fin previsto. Es la conciencia que se convertirá en una de las características propias de la «Escuela de Salamanca»: “El oficio del teólogo es tan vasto, que ningún argumento, ninguna disputa, ninguna materia, parecen ajenos a su profesión. Este es acaso el motivo de que se diga de ellos lo que de los oradores decía Cicerón, que han de ser contadísimos, por ser también muy pocos los que se revelan esclarecidos en todas las artes necesarias para esta profesión de buenos y sólidos teólogos. Ocupa el estudio de esta disci- plina el primer lugar en el mundo, y le llaman los griegos Θεολογιαν = Tratado de Dios. Por lo que no debe parecer extraño en tan difícil profesión se encuentren pocos varones consumados” . El maestro tiene conciencia de que el teólogo ha de especular y reflexionar sobre todo, mostrando así ya una tendencia hacia problemas sociales y éticos F. de V itoria , “ De la potestad civil ”, en I d ., Obras , T. U rdánoz (ed.), Madrid, BAC, 1960, p. 150.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz