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LA «ESCUELA DE SALAMANCA»: UN CONTEXTO SINGULAR 45 nacionales e internacionales” 55 . Aunque él se está refiriendo al problema de la ética de la Conquista, sus argumentos resultan especialmente interesantes, por tratarse de uno de los temas de mayor proyección social del momento. Dichas ideas cobrarán rápidamente fuerza también en Alcalá, Coimbra y Évora, por señalar sólo los espacios más próximos geográficamente. En este sentido, ya parece intuirse que el lenguaje no deja de tener todo tipo de connotaciones a la hora de intentar cortar con bisturí una progresión temporal como la presente. Lo que no ofrece duda es que, en este momento, tenemos que hablar de un cambio generacional, identificado especialmente por la entrada en la escena académica de los discípulos directos de los grandes maestros, hombres con buena disposi- ción para la reflexión y el discurso teológico, pero que no tendrán ya la amplitud y proyección de sus propios maestros. Ellos mismos serán teólogos enmarcados por el espacio fundamental de la Corona de Castilla, donde se formarán, vivirán y trabajarán. Es de suponer que este mismo hecho ya determine sus circunstancias y con- texto haciéndolo mucho más reducido, lo que estará particularmente relacionado con la aplicación del Concilio de Trento, tensión que tendrá unas disposiciones más duras y tajantes en la misma persona del monarca que, entre 1563-1564 pre- sentó al Papa un programa reformista más rigorista que el mismo concilio pro- movido por Trento. Esta realidad creará cierta tensión en diversas instituciones eclesiásticas, generando un ambiente muy complicado y difícil, que enfrentaba a las pragmáticas reales con la política de reforma llevada a cabo por los generales de las Órdenes. No se puede olvidar que, los encargados de ejecutar la pragmá- tica de Felipe II eran los dominicos, que habían sido nombrados comisarios a tal efecto, recorriendo el país en visitas y toma de declaraciones de la aplicación del programa reformador. Roma, por su parte, había sancionado las disposiciones reales en dos breves sucesivos. Por su parte, la Compañía de Jesús, desde el momento de su aprobación (1540), se convierte en uno de los grandes baluartes de la Contrarreforma y, el principal, para el contexto hispánico. En un momento de fuertes convulsiones, para el Papa era muy importante poder contar con toda una fuerza cualificada, disciplinada y dispuesta a asumir las tareas que se le encomendaran, oportuni- dad que tampoco desaprovechará la Corona en sus múltiples imbricaciones. A su favor contaba también con un estilo nuevo y más dinámico, acompañada de una férrea estructura jerárquica que nada tenía que ver con la lenta burocracia democrático-medieval de las Órdenes. La eficacia institucional, de esta suerte, venía a conjugarse perfectamente con las necesidades que se estaban viviendo 55  C. B aciero , “La segunda generación de teólogos salmantinos”, en Actas del I Simposio sobre «La ética en la conquista de América (1492-1573) (Salamanca, 2-5 de noviembre de 1983)» , Salamanca, Excmo. Ayuntamiento y Diputación de Salamanca, 1984, p. 315.

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