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LA «ESCUELA DE SALAMANCA»: UN CONTEXTO SINGULAR 39 un pensamiento que, por otra parte, se expresará de muy diversas maneras en los distintos estamentos sociales 44 . En la ciencia teológica, que venía identificada por el paradigma domini- cano, es preciso insistir en que se va imponiendo un contexto cada vez más reducido, donde dos ámbitos se atribuyen de manera progresiva, como lugares de formación intelectual y teológica: San Esteban de Salamanca y San Gregorio de Valladolid. El núcleo más selecto, compuesto por aquellos que tienen la dicha de formarse en el entorno austero de Valladolid, da a su vez lugar a dos líneas diversas y encontradas, con discípulos en ambos sentidos, las corrientes identifi- cadas por Bartolomé Carranza y Melchor Cano, como los grandes antagonistas. Pero también es cierto que no todos los autores que llegan a Salamanca han pasado por el Colegio-modelo, sino que algunos se formarán ya íntegramente en Salamanca, fundamentalmente en el Studium Generale . Por otra parte, el hecho de que la mayoría de los autores estudiaran intra Ordinem suponía, en este momento, que no se veían obligados a cumplir los Estatutos universitarios, pudiendo leer y explicar las lecciones a partir de la Summa , sin necesidad de hacer los frecuentes escarceos con los que se partía de las Sentencias, para luego hacer las deducciones teológicas o conclusiones a partir del Aquinate. Esta misma realidad ponía a los estudiantes dominicos en una situación potencialmente más ventajosa, puesto que si éste era el método que triunfaba, ellos estaban más avezados en el mismo que sus opositores a cátedras, aunque éstos contaran con una mayor experiencia docente, o estuvieran ya vinculados a la Universidad de Salamanca, lo que teóricamente les situaba en un puesto prefe- rente. Este aspecto puede ser de crucial importancia, puesto que si se insiste en el hecho de que, aquellos que explicaban ya en el Estudio tenían más posibilidades de ganar en el concurso de cátedras, en la mayoría de los casos no sucede de esa manera. El concurso de cátedras, estaba especialmente vinculado a los grupos de presión; uno de los cuales –el más fuerte o significativo– era encabezado por los dominicos. Por otra parte, sabemos que, durante la segunda mitad del XVI, la matricula de dominicos, superaba a la de los demás Colegios 45 , lo que era crucial dado el sistema de votaciones electivas. 44 Precisamente fruto de esos márgenes amplios, surgirán en la geografía ibérica un número signifi- cativo de figuras señeras y de primer orden en la época. Cf. M. A ndrés M artín , Historia de la mística de la Edad de Oro en España y América , Madrid, Crítica, 1994; I d ., Los místicos de la Edad de Oro en España y América. Antología , Madrid, BAC, 1996. Sobre la importancia de la predicación, cf. F. H errero S algado , La oratoria sagrada en los siglos XVI y XVII , toms. I-IV, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1996-2004 (de manera más concreta: II. Predicadores dominicos y franciscanos , III. La predicación en la Compañía de Jesús , IV. Predicadores agustinos y carmelitas ). 45 Cf. R. H ernández M artín , “El convento y Estudio de San Esteban”, en L. E. R odríguez -S an P edro (coord.), Historia de la Universidad de Salamanca. I. Trayectoria histórica e Instituciones vinculadas , Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 2002, pp. 601-602; C. I. R amírez G onzález , La Universi- dad de Salamanca en el siglo XVI... , p. 146. No se puede olvidar que, cuando en 1561, Pedro de Sotomayor, op , se presenta a la oposición para la cátedra de Prima no tiene opositor.
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