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36 MIGUELANXO PENA GONZÁLEZ número de relaciones y contactos que mantienen en todo momento. Por otra parte, precisamente eso era un elemento propio del Renacimiento, no exclusivo e identificativo de Salamanca, pero que aquí había cuajado de manera sensible y particular. 6. Progresiva uniformidad teológica Para este momento, una vez superado el meridiano del siglo XVI, resulta difícil precisar que Salamanca siga siendo el lugar de referencia fundamental, y habrá que considerar a la ciudad del Tormes como la primera posibilidad, pero afirmando también que ya no es la única, puesto que otras Universidades van a zaga de su huella, tomando el testigo con gran seriedad y fructíferos resultados 38 . Tampoco podemos olvidar que la ratio de los estudiantes es muy diversa, en razón de infinidad de condicionantes, de procedencias e intereses institucionales diversos. Con todo, no se puede olvidar que progresivamente se va producien- do un paulatino encerramiento, que podríamos definir como disminución de contextos al entorno próximo; en este caso, la ciudad del Tormes. Parece que la Universidad ya no tiene necesidad ni interés por traer a los mejores profesores, posiblemente por el hecho de que ya no ve peligrar sus intereses, una vez afian- zado su lugar y contando con un prestigio difícilmente igualable. El cierre de fronteras para los estudios, por parte de Felipe II, servía también para reforzar la llegada de un alumnado del entorno peninsular, lo que hacía que las autoridades universitarias no sintieran la competencia existente unas décadas antes entre Universidades y docentes. Nadie cuestionaba el papel de Salamanca como primera Universidad de la Monarquía Católica, al tiempo que tampoco se ponía en duda la centralidad de la cátedra de Prima de Teología, como la primera del Reino, con todo lo que esto implicaba. Esto se vería confirmado en el mismo proceso de reforma emprendido por el Rey, que orientaba el estudio de la Teología en las Órdenes antiguas hacia la Universidad, frente a los Colegios-conventos, de tal suerte que se pudiera ir diri- giendo una Teología más institucional, para aquellos que, con bastante lógica, ocuparían un papel preponderante en la vida de los reinos. Por otra parte, siem- pre sería más fácil mantener un control teológico-estratégico sobre el Estudio, llegando a «uniformar» aquello que se enseñaba, que en la red de Colegios que recorrían la geografía local e institucional de las Órdenes e instituciones en la ciudad del Tormes y, que mantenían una amplia libertad de acción respecto de 38  Simplemente recordar que, para este momento, la Universidad de Alcalá, Coimbra o Évora cuen- tan con personajes de gran talla, que no tienen nada que envidiar a algunos de los que enseñan en la ciudad del Tormes. Acerca de las diversas proyecciones, véanse las colaboraciones de: L. E. R odríguez -S an P edro (coord.), Historia de la Universidad de Salamanca. III.2. Saberes y confluencias , Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 2006.

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