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LA «ESCUELA DE SALAMANCA»: UN CONTEXTO SINGULAR 33 humanista, por lo que lo seguirá teniendo presente cuando salga de Salamanca y vaya a enseñar a Évora, proyectando el método ya en ese contexto siempre tan vinculado a la Universidad del Tormes, como será el eje Coimbra-Évora. Su correspondencia describe ciertos círculos académicos, movidos en torno a rela- ciones de amistad, en las que nos encontramos con nombres muy significativos, y que nos hablan de una vinculación, más allá de lo estrictamente académico: Francisco de Vitoria, Juan Vaseo, Andrés de Vega, Juan Martínez Silíceo o el mismo Nicolás Clenardo. El franciscano Andrés de Vega (1498-1549) 32 , colega y discípulo de Vitoria y su sustituto en la cátedra de Prima de Teología (1536-1537), ocupándose de las qq. 148 a 170 de la Secunda Secundae de Santo Tomás 33 . También regentó la cátedra de Santo Tomás (1532-1538) y, posiblemente, la de Escoto. Es uno de los exponentes más desconocidos de la Escuela, puesto que, cuando en 1538 ingresa en la observancia franciscana, abandona la actividad docente en el Estu- dio y, lo que por muchos es interpretado como el abandono de la vida académica, puede ser entendido como una proyección hacia nuevos contextos y ambientes; en concreto, hacia el Studium Generale que la observancia franciscana tenía en Salamanca, puesto que será allí donde él siga ejerciendo su magisterio, amén de su intervención en el Concilio, con una profunda polémica acerca de iustifica- tione fidei , en la que mostrará una de las características más identificadoras de la Escuela: la libertad de pensamiento, al margen de las Escuelas de Órdenes. No parece tampoco baladí el tener presente que las lecciones en los diversos Colegios, no tenían un carácter cerrado, sino que estaban abiertas y los alum- nos asistían a las lecciones de los maestros que consideraban más importantes, aún en los Colegios. La polémica acerca de si este autor ha de ser presentado como miembro de la Escuela, es ya larga. El mismo profesor Vázquez Janeiro afirmaba: “Un concepto demasiado restringido e históricamente falso, que reina por ahí tocante a lo que se denomina con el nombre de «Escuela de Salamanca». No se puede aplicar este nombre como sinónimo de una escuela determinada, sea esta cual fuere, pues sabido es que por Salamanca han pasado simultáneamente infini- 32 Acerca de este autor, cf. J. O lazarán , “La controversia Soto-Catarino-Vega sobre la certeza de la gracia”, en Estudios Eclesiásticos , 16 (1942) pp. 145-183; A. de V illalmonte , “Andrés de Vega y el proceso de la justificación según el concilio tridentino”, en Revista Española de Teología , 5 (1945) pp. 311-374; I. V ázquez J aneiro , “Ensayo bibliográfico de Fr. A. de Vega”, en Liceo Franciscano , 2 (1949) pp. 161-166; A. M illán - P. de P az , “Ensayo biográfico de Fr. Andrés de Vega, ofm [ o bs] (1498-1549)”, en Liceo Franciscano , 2 (1949) pp. 77-89; I. V ázquez J aneiro , “Fr. Andrés de Vega y la Teología positiva”, en Liceo Franciscano , 4 (1951) pp. 131-148; E. H orn , Glaube und rechtfertigung nach dem konzilstheologen Andrés de Vega , Paderborn, 1972. 33 Cf. M. O ltra , “La certeza del estado de gracia, según Andrés de Vega. Aportación científica al decreto de la justificación del Concilio de Trento”, en Verdad y Vida , 3 (1945) p. 47.
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