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LA «ESCUELA DE SALAMANCA»: UN CONTEXTO SINGULAR 27 razón, ya que de otra manera, más que tratarse de Teología, se estaría hablando o proponiendo simplemente opiniones 22 . En su configuración de la obra, Cano es ya deudor de la necesidad de res- puesta a un ambiente concreto, el impuesto por Trento contra la Reforma; que se concreta en la necesidad de un método teológico firme y sin fisuras, que tuviera un sentido de universalidad, de tal manera que pudiera ser válido en todo el Orbe Católico. La obra, por tanto, ha de ser leída en el contexto de las corrientes humanísticas y las propuestas reformistas –erasmistas y luteranas– que indaga- ban sobre la naturaleza de la Teología y el valor de la escolástica. Cano había experimentado la erudición de Vitoria, por la que se había senti- do especialmente cautivado, razón por la cual, después de la muerte del Maestro, se consideraba en la obligación moral y teológica de preservar su legado teoló- gico, sintiéndose impelido a escribir y determinar el método, intentando fijar el número, al tiempo que ofrece un tratamiento científico de la cuestión, cosa que resultaba totalmente novedosa, pero que al mismo tiempo estaba ya reflejando una distancia de aquel momento vivo y singular que había supuesto la fecha mítica de 1526. Por lo mismo, los temas e intereses son ya más comunes a la Catolicidad; el núcleo ha cambiado, por lo que él también tiene otra manera de expresarlo en su reflexión y en su Teología, mostrando nuevos acentos. El logro es indudable, siendo el resultado teológico del método utilizado en Salamanca durante esos años, pero reconfigurado a partir de unos intereses más amplios, que aquellos propios de los teólogos de Salamanca y de la Monarquía Hispánica. Así, la obra es entendida por el autor como una disputatio , en la que ha de existir claramente una doctrina que defender, consolidando las refutaciones que se habían de hacer a los adversarios 23 . Esta era en sí otra novedad, ya que en Vitoria no aparecía tan manifiestamente esa actitud apologética. Por otra parte, el hecho de tratarse de una obra metodológica, nos sitúa en un interés diverso a aquel en el que Vitoria y Soto habían mostrado especial sen- sibilidad, que se había hecho explícito especialmente en las Relecciones , donde se unían los temas candentes en la sociedad y la Teología, ámbito muy cuidado por Vitoria, en el cual la justicia era un elemento fundamental. Su reflexión está especialmente basada en el método, por lo que esa es la clave a partir de la cual 22  M. C ano , De Locis Theologicis... , lib. XII, cap. 3, p. 345. 23  Es en el cap. XII de la obra, donde explica el empleo de los loci theologici en las disputas esco- lásticas y, en el siguiente, en la interpretación de la Escritura. No se trata de un uso para la instrucción del pueblo, como podía ser pensado desde la Reforma, sino como una metodología propia para la formación académica. Cf. P. P ena B úa , Las fuentes de la teología en Felipe Melanchton. Su doctrina sobre los lugares teológicos comparada con la doctrina católica de M. Cano y la tradición medieval. Extracto de la tesis presentada para la obtención del grado de Doctor , Salamanca, Universidad Pontificia de Salamanca, 2002, p. 15.

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