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mañana dice lo que verdaderamente son y al contrario, y así temo mucho. Cerca de aquí tengo noticia hay grandes poblaciones sin sacer- dote y tierra muy rica, que pienso que si fuéramos allá se haría mucho fruto, porque ya está la gente junta, y no es menester sacar- los de los montes como a estos; y si hubiera tenido salud, ya hubie- ra ido a verla este mes de enero pasado, pero pienso hacerlo presto, luego que llegue Navidad, si Dios [me] da salud y si esta tierra que digo se amansa, demás del servicio de Dios, será de provecho para el Rey y para los españoles, porque por el río grande del Darién podrá correr la embarcación hasta cerca de Quito, desde Cartagena que les cuesta mucho trabajo por donde van. Y es esta tierra incul- ta y que no nos podrán decir que nos metemos en trabajos ajenos, como aquí lo han dicho los padres dominicos. Y sírvase vuestra cari- dad de remitirme si pudiere ser un par de sacerdotes, que sean pobres y rendidos. Y esto suplico yo a vuestra caridad húmilmente, y si vinieren más, todos tendrán quehacer, porque esta tierra dicha es lástima que esté sin conocimiento de Dios. La gente que hay en esta tierra son hasta seiscientas o setecientas casas, todas divididas fuera de las que tenemos juntas y confío que todas las que tocan a nuestros parajes las juntaremos ahora con el miedo de los soldados, las demás los padres dominicos tendrán ese cuidado; juntas les dare- mos a todos cabal noticia de la fe, sino la quisieren aceptar a nos- otros no nos manda Dios los convirtamos, si no que les prediquemos, aunque creo que pocos hay ya que no nos hayan oído, y así en dándoles suficiente noticia los dejaremos a su obispo si fuesen buenos y si no fuesen cristianos los dejaremos a cuyos son. Pero porque las gracias que yo traje de Roma son limitadas para esta provincia, no obstante que tengo licencia de la Sacra Congregación o del señor Nuncio, no por orden de la Sacra Congregación para ir a estas partes si aquí no fuese recibido y así son válidas fuera de aquí, con todo por quitar escrúpulos, suplico a vues- tra caridad se sirva de pedirlas amplias, y si bien en estas provincias hay muchas facultades concedidas por los sumos pontífices, porque suele haber pleitos domésticos, es bueno que sean recientes, que sólo las gracias de Roma no contradicen los ministros reales de las Indias. También suplico a vuestra caridad que, si puede ser, vengan un par de legos y aunque sean más serán bien recibidos, que sepan FR. ANTONIO DE OVIEDO: PREFECTO DE LA MISIÓN DEL DARIÉN 1045

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