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Otro lugar tratamos de ajuntar junto al mar, ya tiene tres o cua- tro casas, ahora trataremos de lo demás con estos señores, y en estando estos que tenemos entre manos sazonados, pasaremos a otras partes conforme a la licencia de la Congregación, y aunque no la tenemos del Rey especial, porque yo no he querido ligar a la Religión con doctrinas o curatos, porque no conviene ni se puede sustentar, si estos señores quieren que prediquemos libremente en toda la provincia, menester serán algunos religiosos. Por ahora para la doctrina sobramos los tres, sólo quisiera un lego que supiera algo de enfermería, porque estamos entre bestias y las necesidades son muchas y las dudas que hay ya las envié con Fr. Francisco. Suplico a vuestra caridad, pues ha de ir a Roma, las remedie porque son ver- daderas y los religiosos que hubieren de venir, sean amigos de pobreza y créame vuestra caridad por Dios y por el P. San Francisco, y sean experimentados en virtud y rendimiento, porque son tantos los lances que sólo Dios los sabe. Y considere vuestra caridad que soy solo, sin albergue de superiores mayores que vean y conduzcan. Al P. Fr. Leandro había escrito largo, ya vuestra caridad lo sabrá, y ruégole a vuestra caridad pregunte y examine a Fr. Francisco de Pamplona, que al fin aunque es colérico, es temeroso de Dios y dirá la verdad y pienso que no dirá lisonja, porque antes peca de claro y resuelto que de lisonjero. En este concepto le tengo y así juzgo que será buen testigo, porque no he hallado cosa que luego no diga en bueno y en malo sin atención de personas. No le envío cartas en respuesta de otras, porque no se pierdan que sin querer vinieron a mis manos, eran las respuestas de minis- tro real y obispo. Viólas el P. Fr. Basilio que siempre es el que fue por años y méritos. Confío en el Señor ha de tener buena dicha esta misión, aunque ahora tenga pequeños principios. Él se encomienda a todos y [yo] hago lo mismo. El P. Fr. Francisco escribe, el cual sin orden mío se determinó a venir a Panamá, alcanzóle, sufrí y callé y le traje día, porque no puede ser menos. Tiene mucha cólera y es menester mucha flema para tratar con indios. Confío en el Señor abrirá camino para que haya mucho quehacer. Si vuestra caridad sacare cédula del Rey para otra cualquiera parte que sea conveniente será a mi ver acertado, porque con liber- tad se haga la obra de Dios, porque hay muchísimas partes a dónde ir de gran multitud de gente. Y en acabando aquí, y dando satisfac- FR. ANTONIO DE OVIEDO: PREFECTO DE LA MISIÓN DEL DARIÉN 1039

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