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to [a] la necesidad de la misión y la brevedad del tiempo, que no da lugar a que se disponga otra cosa, porque creo que no querrá vuestra caridad ni la provincia que vaya la misión tan manca. Y si esto no sucediere, y se quedase el P. Lorenzo, yo avisaré luego a vuestra caridad para que nos remita otros dos a la primera embar- cación. De la detención de la misión del Congo echan la culpa al Hno. Fr. Francisco, sobre que hay pesadumbres; y cierto padre mío que si he de decirlo, que siento que estaba fortísima cosa estar pen- diente de él las misiones, y que se hará una obra de misericordia al quitarlo de este ejercicio, porque aunque es verdad que tiene mucha mano, es con tanta zozobra lo que hace y con tanta pesa- dumbre, que aún yo con andar con sumo cuidado, no me pude librar habiéndolas tenido con las misiones pasadas, de suerte que están muy afligidos los que hoy van, y su prefecto lo está suma- mente y el compañero que fue con Fr. Francisco al Congo y volvió, escribió a esta provincia, según me verificó el guardián de Sevilla, diciendo que pluguiera a Dios que nunca la religión hubiera cono- cido a Fr. Francisco, porque sólo había servido de sembrar discor- dias en la Religión. Su condición es terrible, su parecer y celo incontrastable, y así sólo él ha de prevalecer. Ya tiene licencia del Padre General para volver a España, si le da licencia la Sacra Congregación parece al manso que sólo sirve de guiar los carneros al matadero, y luego se vuelve con su pastor muy alegre y ufano. Si volviere juzgo y no es (f. 22v) hecho la caridad en Roma y que si dio quejas de él, el prefecto del Congo cuándo más habrá dado el Prefecto y que se pedirá que la negociación de las misiones, cuando se ofrezca, se remita en lo que toca a que lo haga el pro- vincial de Castilla, y en lo que tocare a la ejecución de las órdenes del Consejo, ídem, que lo ejecute y solicite al de esta provincia, lo cual se puede hacer con mucha paz porque no es tan dificultosa la materia que sea siempre tan necesaria la industria y habilidad de Fr. Francisco. Y así suplico a vuestra caridad que en la ocasión inter- ponga su autoridad, y pues el P. General ha de estar presto en esto, que según escribió al P. Provincial de esta provincia, será para enero o principio del año, de 48. Con él puede tratar y disponer las materias, de suerte que ni vuestra caridad ni la provincia tengan dis- gustos, ni esta prefectura tampoco. 1014 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ

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