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UN DOCUMENTO SINGULAR DE FRAY FRANCISCO JOSÉ DE JACA, ACERCA DE LA ESCLAVITUD... R. I ., 2001, n.º 223 705 Señala brevemente los abusos por los que han sido solicitadas estas cédulas, de los que han sido objeto tanto hombres, como mujeres y niños. Le hace notar que aun ahora siguen sin ser cumplidas, para apoyar esto, recurre al testimonio del Provisor y Vicario General de Caracas, quien afirma habérselo notificado 12 , dándole ejemplos concretos que demostraban que los tribunales no hacían frente a estos abusos. Él mismo los considera tan desagradables que no conviene refe- rirlos por escrito. Todo esto lo ha expuesto a modo de contextualización, para que se entienda mejor lo que expondrá ahora. Considera que en aquel momento está sucediendo lo mismo que en las déca- das anteriores, «las de ahora no encierran en sus luces menores tinieblas», éstas son sus palabras. Algo de lo que no sólo él se lamenta, sino también aquellos que denomina como ‘piadosos’, en referencia a los que cumplen con la doctrina evangélica. El problema, afirma él, se sigue solucionando por medio de trámites burocráticos, en los que los argumentos y discursos de unos son contestados con las alegaciones de los contrarios, y como las decisiones no son ejecutadas, nue- vamente se vuelve a comenzar la dinámica, hasta que se llega al punto que él expone ahora: se ha llegado a convencer de la licitud de dichas prácticas al obis- po, así como a diversos eclesiásticos, tanto regulares como seculares, por lo que algunos se vieron obligados a solicitar el parecer de un teólogo, Fr. Hipólito de la Soledad Rodríguez 13 , que parece ser un hombre objetivo y que no mira a intere- ses particulares. De su escrito se deduce que el único que mantuvo una postura cercana a los intereses de los indios fue el Provisor y Vicario General de Caracas, que no asin- tió directamente a lo expuesto por los encomenderos. Aunque seguidamente Jaca señale que éste descargó su conciencia, y por tanto su obligación de defender los intereses de los indios, en el obispo, firmando así las alegaciones de los enco- menderos. Lo critica porque aunque quiso obrar bien en un primer momento, luego termina asintiendo a todo lo que le proponen. Lo presenta como un ejemplo más de lo que sucede, coincidiendo con su intención, que no es otra que mostrar un personaje de cierta relevancia que sucumbe ante los intereses de un grupo de particulares, aunque no está realmente convencido de lo que hacen. De tal suerte, que los intereses de unos particulares se anteponen a los de la Iglesia y la corona. A partir de este momento, es Jaca el que se proclama como abogado y defen- sor de los indios, analizando los principios que utilizarán sus oponentes. Así, acerca de aquellos que sostienen que se corre el peligro de un levantamiento por parte de los indios, no habiendo manera de averiguar nada sobre este asunto, él ———— 12 Nos queda la duda si dicha notificación tendría carácter escrito, puesto que de ser así el pa- pel de este misionero no sería únicamente personal, sino que respondería a algún tipo de representa- tividad pública. Esperamos clarificarlo en estudios posteriores. 13 No hemos podido identificar quién es este religioso. Por el mismo documento se deduce que vivió algún tiempo en las Indias, y residiendo posteriormente en la corte. Por ser persona de gran integridad salió de ésta, huyendo de las cosas que allí sucedían.

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