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224 L a fecha de la construcció n de San Migue l de Villatuert a del sigl o XI y en el propi o camin o de peregrinació n a Com- postela . Y sobre todo encaja n perfectament e con la nuev a fecha los caractere s epigráfico s de la lápida . No conozco otr a lápid a pre- rrománic a cristian a del siglo X en los dominio s del reino de Pam- plona . La epigrafí a de la inscripció n ofrece un tipo de letr a visi - gótic a mayúscula , propi a del sigl o X y como la que aparec e en los dos códice s conciliare s contemporáneos , el Albeldense , escrit o en 976, y el Emilianense , en 992, precisament e en los dominio s y tiempo del rey Sancho II Abarca , que identificamo s con el Sanch o de la lápida . Compruébense , por ejemplo , en el códice Albeldens e los folios 2, 16, 17 y 428; y en el Emilianense , el folio 107. Esto s códice s se encuentra n actualment e en la Bibliotec a del Escorial , con las signatura s respectiva s D-I- l y D-I-2. Podemos , pues , apoyado s en la nuev a cronología , presenta r la pequeñ a iglesi a de San Migue l de Villatuert a como la más an- tigu a subsistent e en Navarra , la primer a y únic a iglesi a pre - rrománic a datad a en el sigl o X en la zona del Pirine o occidental . Pero su valo r excepciona l no radic a en su aspect o arquitectónico , por haber sufrid o tale s transformacione s su primitiv a estructur a que apena s queda n vestigio s de la misma ; su valo r excepciona l radic a en su escultur a monumental , la únic a cristian a que conozco en Españ a en el siglo X y que ofrece tipos iconístico s nuevo s en el art e hispánico . LOS RELIEVE S MONUMENTALE S DE SAN MIGUE L DE VILLATUERT A La nuev a cronologí a encarec e extraordinariament e el valo r iconográfic o de los relieve s de sus muro s septentriona l y meri - dional . La descripció n ampli a de los mismos , acompañad a de ilus - tracione s fotográficas , puede vers e en el artícul o citado del se- ñor Gudiol en esta Revist a (n.° 10, año 1944) . Los relieve s de Vi - llatuert a ante s de su traslació n al Museo de Navarr a se hallaba n distribuido s en su iglesi a de orige n formand o una zona irregu - lar muy por debaj o de la cornis a que corona el aler o en los mu- ros septentriona l y meridional . Desconóces e su primitiv a coloca - ción, pues , como ya hemo s dicho , la iglesi a ha sufrid o tale s transformacione s que apena s queda cosa de la estructur a primi - tiva . Est a dislocació n de los grupo s iconísticos , junt o con el amor -