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EULOGIO ZUDAIRE HUARTE Objetos d e cul to y paramentos.-Son continuas, principalmente a lo largo del siglo XVII, las órdenes de visita sobre reposición d e lencería (amitos, albas, roquetes, corporales) terciopelos y brocados (casullas, capas pluvia- les). Por su renombre en toda la diócesis pampilonense merecen mencio- narse, entre los sastres y brosladores: Sarasa, bordador de Pamplona, Juan de Santesteban broslador vecino de Pamplona, bordador Joan d e Sanctos y d e modo singularísimo Pedro de Lecumberri, al que por los ornamentos que ha hecho y hace para la iglesia de Arteyz, por las «borduras» que ha hecho en la misma iglesia, se le viene pagando desde 1620 a 1640, en su persona y en la d e su poderhabiente Sancho de Izco, vecino d e Reta 34. Entre los Libros que adquiere o se manda adquirir al abad (a veces por su cuenta, en pena d e su negligencia) merecen citarse, amén de los llamados «Libros parroquiales», el breviario, el breviario mayor (a. 1552) las Constituciones Sinodales de los obispos Cesarini y Pacheco, el Cproce- sionario» o ritual, el Misal y el Manual de Antuerpia (Amberes; año 1735 adquiridos). En orfbreria, al maestro Pedro de Aybar, platero, «por un bordón que nos hizo con su madero» 17 ducados y 30 tarjas (a. 1549 y 155 1). Entraron dos marcos de plata en la hechura del bordón. El Dr. Lope de ALQUIZA, uno d e los más celosos intérpretes de las reformas tridentinas 35 manda retirar «el crucifixo que está debajo del coro, porque es muy indecente y es muy viexo, que quita la devoción y lo ponga en una d e las bóvedas (cuarto oscuro) de la iglesia y en su lugar ponga un adoratorio pintado» (f. 94, año 1585). <Seperdió por culpa del Dr. Alquiza un cristo románico? Muy deteriorado debía de estar cuando le motejó de indecente. Tal vez no se trataba d e una talla, sino del ~crucifixo grande, que agora está junto a la puerta» y que manda el visitador Obregón al abad de Arteyz «quite y consuma ... porque es p i n t ur a que no provoca a devoción». Y que otro tanto se haga con un cuadro d e la Virgen, puesto sobre el altar mayor (a. 1600, f. 107 v.). Y se ordena «so pena de excomunión». Podría formularse otra hipótesis que se declina en el lector. Años más tarde otro visitador, D. Joanes de Hualde y Hermosa ordena «que se entierren los sanctos que están en la sacristía y campanario» (f. 142, a. 1631). En 1585 se pagan 6 ducados a LUCAS QUINTANA (orfebre del incensario de Cizur Mayor) por un cáliz nuevo, que, con la plata entregada, costó 22 ducados, 33 tarjas y 12 cornados (f. 93). Nueve ducados a otro platero, HERNANDO LOPEZ MARBAN, por un cáliz en que se empló la de otro cáliz viejo (a. 1617, f. 126 v.). Finalmente se entregó plata vieja al platero JUAN DE ARIZU, que, por la hechura del cáliz y la plata que hubo d e suplir, cobró 166 reales y medio (f. 176; 16 oct. 1676). La obra de más costo hubo de ser la cruz procesional de plata, que se encargó al platero JUAN PEREZ DE ZABALZA, d e Pamplona, por estimarse vieja y maltrecha la que había. Recibió un anticipo d e 185 34. Sarasa, bordador d e Pamplona, según cuentas del año 1552; broslador Juan de Santesteban, id. 1553; Joan de Santos, 1620 y 1627; Pedro de Lecumberri, 1622, 1625, 1627, 1631, 1639, cobra en total, por sus bordaduras para la iglesia d e San Martín, 307 ducados. Cfr. «Bordados» e n BIURRUN Y SOTIL, ob. cit. en la nota 29. 35. GONI GAZTAMBIDE, ob. cit., 90, 250, TELLECHEA, ob. cit., 36-48, 148-158.

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