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LA ABADIA DE ARTAIZ, ANTIGUO SENORIO, EN LAS VISITAS PASTORALES que se empiece a cerrar desde aquí a Sanct Joan deste anno de nouenta y uno» (f. 98 v, día 17 de febrero 1591). Renueva dicho mandato en Arteyz, 30 de enero de 1603, el Lcdo. Juan Ezquer, visitador general por el obispo de Pamplona Fray Mateo de Burgos; ordena que, pues el campo actual es demasiado espacioso, con capacidad para 204 sepulturas d e a vara de ancho y dos de largo, se limite a 24 varas d e largo y 17 ó 18 de ancho, con líneas tiradas a cordel, y se cierre con pared d e mampostería d e vara y media de altura; deberá respetarse solamente una puerta. Abad y pueblo amojonarán con piedras grandes la parte que quedare fuera del recinto, para que en todo tiempo sea patente su pertenencia a la iglesia; «y haga asentar (el abad) un auto del dicho amojonamiento, haciendo fe, en este libro» (fol. 111-11lc). En 1648 (10 de abril) el canónigo arcediano de la catedral de Pam- plona, don Carlos Muñoz de Castilblanque, visitador de todo el obispado por el Ilmo. D. Francisco d e Alarcón, reitera la orden d e levantar un cerco al cementerio, «con la menos costa que se pueda», para evitar el paso del ganado (f. 149 v.). Obra tasada en 1.022 ducados y seis reales, de la que se encarga el maestro cantero JOANES GORRIA (año 1652, f. 156 v), vecino de Tabar, que debió d e iniciarla luego de la visita del año 1648, puesto que en 1649 recibe los primeros 50 ducados por su labor (f. 156); debió de terminarse para el año de 1652, en que se consignan otros 50 ducados a «Juan Gorría, cantero que hizo el cimenterio d e la dicha yglesia». Para aquella fecha se le habían abonado 331 ducados, parte en dinero y parte en el arriendo d e las primicias del trienio 1651-1653 a 52 ducados por año. Todavía en 1655 destina don Martín d e Aldunate, abad d e Arteyz, otros 104 ducados al pago de la obra (f. 159). Y el mismo señor abad da por descargo, en 1663, 244 ducados que entregó a Gil Miguel, marido d e María de Gorría, hija y heredera d e Joanes de Gorría y d e Catalina de Elduayen, su mujer, por la obra del cerco del cementerio (f. 162v) Quedaban pendientes, según tasación, 288 ducados, de los que debían descontarse 95 por renuncia d e Joanes d e Gorría ante el escribano Joan d e Berrio, en Arteiz 9 de mayo d e 1649. Los 193 ducados restantes y 27 tarjas se entregaron, como fin d e pago, a Gil Miguel en 1669 (f. 1 6 8 ~ - 169). Al tasador de la obra, Sebastián d e Macaya, maestro cantero, se entregaron 52 reales (f. 157); y 4 al escribano Joan de Berrio, por el acta d e tasación. No se vuelve a mencionar la cuestión del cementerio hasta la visita del año 1735 (f. 214v.) en que se consignan otros 28 ducados a otro cantero por revocar y zaboyar las paredes d e la iglesia y del cerco del cementerio. Reformas e n l a iglesia.-«Otrossi mandamos al dicho vicario y primi- cieros hagan abr i r una lumbrera a l a pa r t e del solano en la capilla mayor y echen suelo de piedra o ladrillo a la dicha iglesia» (a. 1560, f. 49 v.). Y se cumplió el doble mandato del visitador y reformador general del obispado, . maestro Martín d e Miranda; se optó por el enladrillado que dio mucho en que entender a varios alarifes, tal vez por su difícil asentamiento.

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