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LA ABADIA DE ARTAIZ, ANTIGUO SENORIO, EN LAS VISITAS PASTORALES Lobera, pintor, decoraba el retablo de la Magdalena (f. 26, 26v, 27), valorado en 15 ducados y medio por el arcipreste visitador Ollacarizqueta, que por segunda y última vez dicta sus ordenaciones de visita. N o debió de ser ajeno a la culminación del retablo de Santa Catalina D. Gaspar del Bosque, rey de armas, pues cobra 3 tarjas por la escritura de estimación, dos reales de alojamiento y cabalgadura y otros seis «por los trabajos que nos hizo» (f. 25v). Los frutos primiciales del año 1545 se calcularon en 35 robos de trigo, 6 y 112 de cebada, 35 tarjas por la venta del lino y 26 cántaros de vino blanco. Si una parte se invirtió en pagos, aún quedó remanente para las sementeras de la vecindad. como los cuatro robos que llevó con ese fin el primiciero Lope de Ayanz. «Item, otro robo de trigo se dio a mi coynada, con otro robo que yo don Pedro (abad de Arteyz) presté de la primicia al dicho Lope de Ayanzn (f. 20). Despide el arcipreste de Ibargoiti sus mandatos d e visita con unas prescripciones que relegamos al capítulo de «usos y costumbres»; y con la reiteración, agravada por la penalidad de diez libras fuertes, de lo ordenado sobre la instrucción doctrinal del pueblo. Amenaza con otras diez libras fuertes al abad D. Pedro, si no limpia todas las semanas, de polvo y de «telaraynas» iglesia, altares y retablos; y con 12, si cada 20 días no manda limpiar «camisas y amitos» (f. 21, año 1545). ARRENDACION DE LAS PRIMICIAS Se dejan por cuenta de Antonio de Viloria, «soldado de la compaynia de Collacos» 19 los frutos primiciales del trienio 1546-1548, por 18 duca- dos viejos y un florín anuales para la parroquial de San Martín. En presencia de Antonio de Viloria, asoldado de la capitanía de Collacos», y de su mujer, se entregan cinco ducados viejos a maestre Sancho de Lobera, por su trabajo en el retablo de San María Magdalena de Arteyz (F. 26). El arriendo de la primicia se llevaba a cabo, previo mandamiento, permiso y licencia (que llegó a costar d e tres a cinco reales) del vicario general diocesano, dentro de la iglesia parroquial, a hora de vísperas, «encendida la candela y estando los vezinos del dicho lugar todos o los más dellos presentes y muchas personas de fuera del dicho lugar, llanamente, sin cautela y solapamiento alguno». Una vez extinguida la candela, que solía fijarse en la punta de un cuchillo para más honradez, se adjudicaba, como es natural, al mejor postor, que solía pagar en dos plazos, Navidad y San Juan Bautista, la puja aceptada. En más de una visita se advirtió al rector y a su primiciero socio, que, antes de hacer la postura, indagasen la práctica de los pueblos vecinos y publicasen con la debida antelación el nuevo arriendo de la primicia 20. Aun cuando, a partir del año 1546, el 19. La compañía de Collazos, «tenedor de bastimentos*, fue una de las que guarnecían la ciudad de Pamplona, con las de Prada, Vera y Campuzano, de los años 1527 a 1562: FLORENCIO IDOATE. Esfuerzo bélico de Navarra en el siglo XVI. Pamplona, D. Foral; 1981, p. 82, 125, 148, 158, 162. 20. «Libro de la Yglesia de Arteyz*, f. 24, 103 v, 107 ...

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