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Y puesto que han transcurrido los seis días señalados sin efectuarse la restitución y los desobedientes han incurrido en la pena de excomunión ma- yor ocho días ha publicada, se renuevan y agravan las antedichas censuras, mandando ( a los desobedientes) en virtud de las presentes letras e intimán- doles, como miembros separados que son de la unión de la Santa Iglesia, que se abstengan del trato y comunión con los fieles cristianos, no sea que con su dañada conversación sean causa de escándalo o contagio. Y por cuanto el susodicho par de vacas no ha sido manifestado ni de- vuelto, y por ello los culpables fueron declarados excomulgados públicos y separados de la participación y comunión de los cristianos; y todavía endu- recidos y obstinados perseveran en estado de condenación, haciendo, a ejem- plo de Faraón, oídos sordos a la voz y llamamiento de'la Iglesia; siendo justo, por otra parte, que con la malicia crezca también la pena: por tanto se declaran y publican las maldiciones ( o anatemas) siguientes: Maldito sea el manjar que comieren, la bebida que bebieren, y el aire que respiraren. Maldita sea la tierra que pisaren, y la cama en que durmie- ren. No llueva el cielo sobre sus cosas, sino fuego y piedra. No gocen el fru- to de su trabajo, ni hallen quien los socorra en sus necesidades. Siempre que fueren a juicio, salgan condenados. Llégueles la maldición de Dios, y los Santos Angeles los desamparen. Los Demonios los acompañen de día y de noche, y la tierra se !os trague vivos, para que en cuerpo y alma desciendan a los infiernos, y de ellos no quede memoria entre los hombres. Y en señal de estas maldiciones, mandamos matar candelas en agua, y que arrojadas por el suelo, sean holladas con los pies, y nadie se sirva de ellas como de cosa.. . Así termina, sin terminm, el texto vasco que transcribimos. El Monitorio del Abad de Urdax, D. Joaquín de Arbeloa, está fir- mado y fechado en e' Santuario de Loyola el 4 de noviembre de 1801, ac- tuando de secretario D. Josef Manuel de Lizaso. Púsolo en ejecución el Vicario de Urdax, D. Agustín de Sanzberro, natural de Echalar, quien leyó los días 22 y 29 de noviembre y 6 de diciembre del referido año el extracto que arriba hemos transcrito. El euskera del mismo es el que corresponde a Urdax, incluido por el Príncipe Luis-Luciano Bonaparte y por Campión entre los pueblos de habla labortana. Nótense, en particular, las flexiones verbales derauku y derautzu, que, como sus análogas, van en la actualidad perdiendo su sello solemne y elegante al contraerse en dauku y dautzu ( en Baztán: daku y datzu; en los escritos de D. Joaquín Lizarraga, párroco de Elcano, digu y dizu, como en Guipúzcoa ) .

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