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que se inhibiese en el asunto. Pero cuando le comunicaron la provisión, «una vez que oyo leer las letras apostolicas al escriuano, ie pidió a este dchas letras con el pretexto de queel las queria leer y con efecto se las alargo y despues de haverlas leido el dho dn Blas Antonio Nasarre las doblo y metio en el pecho y dobles de la sotana y aunque el dho escribano en vista de lo referido le pidio dho despacho no solo no se lo quiso bolver sino que le respondio que no queria darse por inivido en la referida causa» (fol. 533). El Nuncio en persona tuvo que intervenir. Muchas dificultades debió de tener Aldecoa y Datue para encontrar ver- daderos testigos, ya que los que él presenta como tales difícilmente pueden ser aceptados. Si se exceptúan algunos premostratenses o sacerdotes libres, muy interesados por miedo a perder limosnas o misas, el resto hasta medio centenar son litigantes en cuyo nombre el procurador Calera actúa; se pre- sentan como acusadores y testigos de la acusación. A esta condición añaden muchos de ellos, su parentesco con los principales enemigos, Jáuregui y Datue. LAS RAZONES Ambas partes tratan de justificar su postura, y como las intervenciones de los testigos se refieren con frecuencia a estas razones alegadas, las resu- mimos a continuación. Se oponen a la fundación: - por pobreza, escasez y hasta miseria del valle. - por no ser necesaria la fundación ya que hay atención espiritual sufi- ciente, y si no la hubiere, los curas, a su costa, deben procurarla. - porque faltarían limosnas de misas a los sacerdotes y dotación para nue- vos sacerdotes. - porque los alimentos de que se alimentan los religiosos (pan, vino y aceite !!! ) no se dan en el valle, y pasarán hambre. - porque tampoco podrán ayudar mucho si tienen tantas horas de oración y actos de comunidad, y los pueblos se hallan muy alejados y en regiones muy quebradas. (Mucho ha debido cambiar la topografía desde enton- ces! !! ) 9 En nueve meses que estuvo de libre el presbítero Francisco de Hugarena "aaenas llsegaron a doze misas las que zelebró por encargo de algunos vezinos siendo asi que segun le aseguraron otros eclesiasticos antiguos de el Valle, antes las tenían e n tanta abundancia qce con sus limosnas se mantenian con dezencia" (fol. 294).
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