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sólo para dos meses, y como alimento base maíz, castañas, en algunos casos sidra y nabos. Con esta visión, no se entiende que los capuchinos se lanza- sen a la suicida empresa de fundar una residencia. En su afán de impresionar a los jueces, tal vez adoctrinados por Jáure- gui y Echebertz, los testigos no miden sus palabras. En las declaraciones colectivas se muestran más bien moderados: los vecinos de Garzáin afirman que el fundar sería «en grave perjuicio de sus vezinos por su mucha pobreza y no llegar sus cosechas para el preciso sustento de sus pobladores»; Arráyoz, Azpilqueta y Arizcun se oponen «por ser aquel país estéril y pobre pues apenas sus frutos y cosechas son suficientes al mantenimiento preciso para ocho meses de los doce del año.. .D. Los testigos individuales son más deta- llistas y enumeran taxativamente los productos del Valle. Dattue, como dueño de casa fuerte no se atrevió a exagerar, y se conforma afirmando que «raro es el año que en el se recogen frutos suficientes para la manutención ... mucho número de vecinos compra granos de maíz y trigo después de con- sumido el que recogen» (fol. 277). El premostratense Alzuguren dice que ' «siendo corta la cosecha que se haze de trigo y por lo comun solo se usa de el para las ofrendas, les faltaría para algunas ocasiones precisas como de enfermedades, o de otras semejantes.. Matías de Jáuregui añade un pro- ducto más; «en maíz, mijo y castañas, si un año sale fatal por algun acci- dente imposibilita para muchos años el abasto* (fol. 288 ) . Con ligeras va- riantes los testimonios pesimistas se multiplican: «maíz, castaña y manzana no se coge lo suficiente para la manutención de sus habitadores, vino, azeite y carne se trae de fuera» (Gerónimo de Chinique, presbítero), «trigo apenas había lo necesario para seis meses... se reserba para la ofrenda y otras nece- sidades; maíz y otras especies, tampoco contempla el testigo ser suficientes» (Francisco de Hugarena), «en maíz, mijo menudo y castañas y nabos y man- zanas que son los fnitos ordinarios y de que por lo regular se mantienen sus vecinos.. . da lo suficiente con todo eso no se puede negar que de fundarse el convento se ha de seguir graue perjuicio» (Joseph de Barreneche, pre- mostratense vicario de Arráyoz; los escrúpulos del juramento tal vez no le consintieron más exageraciones), «apenas bastaría el trigo si hubiesen de usar de el para quatro meses* (Thomas de Maiora, presbítero). A medida que avanzan los testigos, sus expresiones se hacen más fuer- tes. Pedro Joseph de Echenique de Errazu asegura que no se pueden man- tener los vecinos «que se alimentan con maíz, Cidra y castañas» (fol. 331 ), y el trigo sólo llega para tres meses por ello, los baztaneses viven «mante- niéndose con grande dificultad aun estrechándose quanto pueden» según la 20 Apeo comunicado por Francisco Ondarra Erdocia, que lo tomó de la copia que existe en el archivo del Ayuntamiento.
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