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o no les interesa, y a los dos años, pretenden acusar al Jurado que votó lo que los vecinos, entonces reunidos, le ordenaron. ¿Qué valor tiene este segundo bazarre convocado contra el primero y sin la asistencia de los dos tercios? Según los testimonios arriba citados ni siquiera habría sido convo- cado por el Jurado; pero olvidan el detalle de que a los dos años el Jurado no era el mismo, pues había sido elegido Pedro Arocena y Morzarena. No deben extrañar estas imprecisiones pues los testigos están testificando cinco años después de los primeros sucesos. En Irurita ya hemos señalado la actuación de los cuatro robinsones que no acuden al bazarre y tienen el atrevimiento de irrumpir en la Junta de los Jurados, contra todo lo previsto en las Ordenanzas. El sistema de no colaborar ordenadamente cuando pueden hacerlo, y después utilizar todas las vías, incluso ilegales, para oponerse a la resolución, era ya conocido hace más de un par de siglos. La impresión que se obtiene de la lectura de los diversos bazarres es de que no asistían los vecinos con mucha asiduidad, pero que todos tenían conciencia de que se precisaba un cierto número, probablemente dos tercios, para que sus acuerdos fuesen admitidos; estos dos tercios era una cifra que se manejaba con mucha arbitrariedad. EL CASO DE ELVETEA El procurador López Calera introduce en tercera instancia un nuevo interrogatorio a testigos con el fin de demostrar que la votación a favor de la fundación en la primera Junta no era válida. La segunda cuestión la for- mula así: «Si saven (los testigos) que.. . declararon en ella (la Junta) los Jurados de ocho de dhos lugares que estos prestavan su consentimiento in- cluyendose en ellos Dn Pedro Joseph de Echinique Jurado de Errazu y Leon de Barreneche Jurado de Elvetea, siendo asi que dichos lugares nunca dieron su Consentimiento antes bien se opusieron y resistieron desde el principio a dha fundacion y lo expresaron asi a los mencionados Jurados* (fol. 226). En la cuestión, astutamente se mezclan los dos casos de Errazu y Elve- tea y se apunta la respuesta. Ya hemos anotado cómo los mismos testigos de Errazu, presentados como enemigos, afirman que fueron convocados en la forma acostumbrada y que los presentes dieron su consentimiento. Dos años más tarde, se reune un grupo de vecinos que se opone, por lo tanto no se resistieron desde el principio. En el caso de Elvetea se intenta invalidar el voto del Jurado con el pretexto de que no se atuvo a lo que le dijeron. No vamos a citar los testigos favorables a la fundación, pese a que todos ellos estuvieron presentes en el bazarre, incluyéndose al mismo León
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