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título legítimo ya que éste radica en los vecinos por ser «dotadores; cons- truidores y fundadores» de la iglesia, y exigir que se creen algunos bene- ficios para que haya más sacerdotes en el lugar que puedan atender a los seis barrios de que se compone el mismo ya que ha crecido mucho pasando de 26 vecinos a más de 100, y hay suficiente dotación económica en la pa- rroquia. Puesto el antecedente, pasan a la acusación principal: el Rector «con diligencias indeuidas» trata de que «algunos vecinos, poco atentos reboquen el poder que otorgaron para el dho pleito» y evidentemente ha tenido éxito en sus gestiones «an hecho rebocar con muy gran perjuicio de los dhos ve- cinos» irritando los ánimos, con grandes inconvenientes. Al otorgar el poder, los interesados lo hacían con un compromiso formal de sus personas y bie- nes y juramento de no rebocarlo, dando por bueno cuanto se hiciera en su nombre; sin embargo las gestiones de Aurtiz y sus amigos, prometiendo, en- tre otras cosas, liberarlos del juramento fueron sumamente eficaces, ases- tando un golpe bajo y contundente a los oponentes. Finalmente añaden una nueva acusación a la que quieren dar gran fuerza moral en la formulación: se ha traído un coadjutor de Francia que no sabe el vasco baztanés, con gran desconsuelo de los vecinos, olvidando que tiene en el mismo lugar un sacerdote que sabe su idioma y ha ejercido mu- chos años el oficio, a satisfacción de todos, y «que ningún otro podía ni deuia seruir mejor ni saber el modo con que deuia acudir a la salud y des- cargo de las conciencias de los dhs vecinos y feligreses.. . » (fl. 5 ) . En el des- file de testigos, muy pocos se detienen a hablar de este punto, insistiendo la mayor parte en el cargo principal: no debían ser demasiado diferentes el vascuence de la Baja Navarra y el de Baztán!!! El mismo comisionado que estaba recabando información para el proceso principal, se encarga de reci- birla en esta nueva querella (fl. 15 ) . REVOCACION DE PODERES No hay duda de que Aurtiz y compinches supieron elegir las víctimas y las motivaciones y este acierto produjo sus frutos. Las relaciones de los testigos y sus confesiones revelan la eficacia del sistema. El doce de octubre de 1654, el Notario y comisario Francisco de An- dudi comienza a recibir los testimonios presentados por Miguel de Ormart, vecino y jurado de Arizcun, desplazándose a los distintos barrios del pueblo. En el barrio de Aincialdea se presentan a testificar Joannes de Echenique, Martín Suquiloidea, Juan de Osta, María de Juanicorena, Juanot de Eche- berea, Pedro de Meaca y Miguel de Estebanea; en el de Vergara, Joanes de Manchientorenea, Joanes de Echebarria Vergara, Pedro de Barreneche, Ma-

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