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VIDAL PÉREZ DE VILLARREAL Entre los dos primeros pies derechos, donde se sitúa la cabeza del animal, se halla un rodillo o cilindro de madera al que va unida una gruesa cuerda que su- jetará y elevará la cabeza del animal; se trata de un rodillo giratorio que se arti- cula con una rueda dentada de hierro, y al dar vueltas, v i elevando y tensando el cordel que sujeta la cabeza del animal. (Fotogr&ás 2 y 3). Fot. 2: Sujeción de la cabeza del animal al potro. Los otros cuatro pies derechos de roble poseen otros cilindros similares al anterior, pero colocados en sentido longitudinal; son bastante largos y tienen una perforacción en la que se introduce una palanca para elevar lentamente el cuerpo de los animales, mediante fuertes cinchas de cuero que se hacen pasar por debajo del vientre de los mismos. (Fotograftá 4). Detrás de los últimos pies verticales se colocan otros dos, también de made- ra de roble, de unos cincuenta centímetros de altura; tienen dos molduras y va- rios clavos y anillas de sujeción, para poder fijar rígidamente las extremidades traseras del animal, impidiendo el más mínimo movimiento.
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