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DON PEDRO OBREGOZO SENOSIAIN. EL ARTE DE HERRAR Se usaron en tiempos pasados otros instrumentos, porque se fabricaban tam- bién los clavos y las herraduras de bueyes y vacas en este taller, pero hoy se en- cuentran en el comercio clavos de alta calidad, con lo que el martillo de adobar, la sufridera, etc.. . han desaparecido. Figura 8: Pasador o puntero. 6) Instrumentos necesarios para poner las herraduras La cuchilla (Figura 9 ) Se hace tradicionalmente con un trozo de espada o sable de unos veinte cen- tímetros de longtud. Uno de los bordes es cortante y el otro recíbe los golpes del martillito, en caso de necesidad. Se utiliza para cortar el borde inferior de la muralla del casco de los anima- les y arreglar los ángulos de inflexión de los mismos. Figura 9: La cuchiffa. Es una especie de pequeño mazo, destinado a colocar en el casco los clavos que han de sujetar las herraduras. No se parece demasiado a los martillos de otras profesiones artesanales. Tiene una boca ligeramente convexa y octogonal de unos tres centímetros de anchura y es la parte que actúa directamente sobre las cabezas de los clavos. El ojo es un orificio destinado a recibir el mango de madera de unos veinticinco centímetros de longitud. Finalmente, la cresta es la parte contraria a la boca; hace de contrapeso para el mejor equilibrio del instru- mento al golpear la cabeza de los clavos.

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