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VIDAL PEREZ DE VILLARREAL tiempos antiguos hubo brujas en el lugar. Existe todavía un pequeño huerto al que está unido un pajar y que se llama el colegio. Hace algunos años me ocurrió preguntar la causa de ese nombre, y me dijeron que se llama así porque fue el colegio de las brujas, en donde celebraban sus sesiones y donde hacían los mejunjes con que luego embrujaban a cuantos caían en sus manos. Sin embargo, de todo esto no existe en el pueblo la creencia ni el temor a esos seres fantásticos». Los abzlelos de hoy no recuerdan con exactitud el emplazamiento de el colegio, azlnqzle todos dan por segara szl existencia a principios de siglo; se trataba de un simple pajar adyacente a un peqzleño hzlerto. Me señala por otra parte el señor López (don Narciso) qtle los de Abáigar no tienen el apodo de brujos, sino de hormigas, por lo laboriosos y trabajadores qzle son. El apodo de brujos corresponde a los de Arbeiza, qzle tenian en szl iglesia parroqzlial zlna imagen llamada de la Virgen de los Conjuros, a donde se aczldia siempre qzle algzlien sospechaba qzle habia sido victima de algzín maleficio. Esta imagen se conserva en la sacristia de dicha parroqzlia, pero ya tampoco se conjzlra alli n i a nada ni a nadie. <(Elpueblo de que estoy hablando paga de contribución anual 1.700 pesetas». <(Al encargado de cuidar los cerdos en el campo, que ellos llaman lechonero, le pagan al año 60 robos de trigo; al encargado de la custodia de las caballerías, o sea al ganadero o dalero, también 60 robos de trigo, y al guarda de campo 50 robos. El precio medio a que suele venderse el robo de trigo es 5,50 pesetas; de modo que corresponde al lechonero un sueldo de 330 pesetas, idem al dzllero y 297 al guarda». <(Es tristemente curioso que las personas encargadas de cuidar los cerdos y las caballerías tengan asignado más sueldo que el Maestro, cuya misión es educar a los niños, seres inteligentes de los que el mundo lo espera todo. .. ;Lamentable estado de cosas! ». <(Enlas primeras horas de la mañana el lechonero y el dzllero tocan un cuerno que llevan pendiente del cuello mediante un cordón; aquella es la señal para que los animales confiados a su custodia acudan al punto de reunión, que es una especie de corral situado junto a la plaza del pueblo. Una vez allá los animalitos parten para el campo, donde pasan el día y al obscurecer vuelven a casa, y al toque del cuerno se diseminan a toda carrera por las calles, yendo directamente cada uno a su casa. Es curioso ver con qué seguridad toma cada uno su camino y cómo al llegar a casa abren la puerta empujando en ella con el hocico: si no pueden lograrlo, llaman con significativos gritos». 2 1 .-Fiestas patronales <<Las fiestas del pueblo, que se celebran en honor de San Vicente Diácono el día 22 de enero, se distinguen por la solemnidad de las

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