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VIDAL PEREZ DE VIUARREAL 338.000 plantas de casi toda Europa. Visitó a fines del siglo la Península y la zona vasconavarra, pero su gran amigo Lacoizqueta había desaparecido. Otro gran amigo de nuestro Rector de Narvarte fue Viaud Grand Marais ya citado, que le remitió infinidad de líquenes de colección perso- nal, intitulada «Lichens de Noirmoutier». Entre los papeles y notas de Lacoizqüeta he topado con un impreso de un farmacéutico de Guadalajara, Francisco Fernández Iparaguirre, que ofrece cien especies recogidas en las cercanías de esa capital, a cambio de otras o al precio de 25 céntimos de peseta por unidad. Entre las firmas no hay muestra alguna de este nombre. De las variadísimas especies remitidas por sus amigos y corresponsales botánicos, sería interesante transcribir algunas; así, le envía Tremols una muestra recogida en 1875 en Suiza, a 2.000 metros de altitud, en el monte «Saleve» cerca de Ginebra; y el mismo botánico catalán le proporciona otra, recogida por Halacry en Austria, cerca de Viena, en abril de 1877. Y Máximo Laguna le envía otra, recogida en El Escorial el 20 de junio de 1873, denominada vulgarmente «mataperra» y con un hábitat entre los 900 y los 1.100 metros. Ruiz Casaviella, otra de la región «del Olivo» en Caparroso, llamada Floriela o FloriZla (la Sinapis arvensis de Linneo). Ildefonso Zubía colabora desde Logroño (electa Lucronio» reza la ficha), y Esteban Quer desde Santiago de Compostela, y Miguel Gandoger le proporciona una muestra perteneciente al herbario de Zimeroy (o Time- roy), recogida en New York el 2 de septiembre de 1857. Jacobus Pujo1 y Marcé intercambia con don José María muestras del Alto Pirineo, como la recogida en «El Hospital de Benasque» a 1705 metros de altitud, el 18 de agosto de 1873. M. Gandoger le hace partícipe de uno de sus descubrimientos botáni- cos, la rosa nemoralis, «esta especie, dice, muy rara y perfectamente diferenciada de las demás, no había sido recogida todavía en Francia», fechándola en agosto de 1859. Desde Murcia Ricardo Codorniú presenta una muestra recogida por él mismo en la sierra de Fuensanta (región subtropical), el 16 de junio de 1874. Viaud Grand Marais le remite entre sus líquenes algunas muestras procedentes de «Ile Miquelon», recogidas allí por Delamare el 20 de mayo de 1881. Es de resaltar la colección de 12 líquenes preparados por un amigo suyo residente en Irún, don Salustiano Olazábal, perfectamente conserva- dos sobre cartulinas tamaño tarjeta. El Conde de Torrepando, desde las montañas próximas a Almadén (Sierra Morena), y otros muchos, desde Bastia en Córcega, desde Hungría y desde distintas zonas de Italia y de las Islas Baleares, principalmente de las cercanías de Mahón, le fueron proporcionando más y más muestras para entretener sus ocios pastorales. Todo coleccionista vive su mundo «feliz y lleno de optimismo» y don José María no era excepción; repetidas veces concluye su informe técnico al señalar el «hábitat» de numerosas plantas, en breve y elegante latín, con exclamaciones como éstas: «in pulcherrima planitie vertizaranensi ... » «in eximiae pulchritudinis pago baztanensi.. . » « in lato semperque virenti pago baztanensi.. . », etc.

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