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VIDAL PEREZ DE VILLARREAL Los hayedos de estos bosques han sido siempre celebrados y explotados con profusión; la fagus sylvatica de Linneo, bago (bagua) en esta comarca, florece en abril y es muy común. Su fruto se llama «fabuco»; su madera es excelente por su resistencia, «para obras que continuamente están debajo del agua, pues al contacto de ésta se le forma una capita de carbón que, como antiséptico, le conserva». Su madera se utilizó mucho para la fabricación de remos de las galeras reales. «No vale un comino», se dice en la lengua de Cervantes para indicar el escaso valor de una cosa; «corradu bat ez du baliyo», se dice de parecida forma en vascuence: «no vale un cornadon, antigua moneda navarra que valía medio maravedí. Se trata de «una hierba mezclada con los pastos de los animales»; se le llama en castellano celidonia mayor y en vascuence corradu-belarra. Como forraje, «es de mala calidad, pues es muy acre y no lo comen los ganados». Crece en los campos cultivados y en las márgenes de los caminos. Florece en febrero y marzo y es muy común. Se ha empleado para quitar verrugas. El fresno comun que se da en los bosques de Bértiz, florece en el mes de abril y es frecuente dar con él en la mayor parte de nuestras florestas («Fraxinus excelsior~de Linneo, lizar, lizarra en la lengua popular). «Se recogen y secan las hojas de este árbol en el mes de septiembre para que sirvan de pasto al ganado lanar durante los malos tiempos del invierno; su madera, dura y tenaz, es propia para radios de ruedas y varas de coches». El acebo o agrifolio (gorosti en vascuence) se da bien «en los bosques de Narvarte y florece en el mes de abril. Sus bayas son purgantes; con su corteza se hace liga para cazar pájaros y su madera, tenaz y susceptible de un buen pulimento, es muy propia para mangos de muchos utensilios; se trilla en el país con las basetas de este arbusto, llamadas en vascuence «txaruas». (Es el Ilex aquifolium de Linneo). Del nogal (giltzaur, giltzaurra de estos pueblos) nos dice don José María que, aunque procedente de Persia, vive espontáneamente en las escarpadu- ras de nuestras montañas. «Su madera es muy estimada de los ebanistas, su corteza sirve para teñir de negro la lana y la infusión de sus hojas para lociones estimulantes»; son muy conocidos sus frutos, las nueces. Del saíico, localizado ampliamente en las orillas del Bidasoa y en los matorrales, el «sambucus nigra» de Linneo, llamado en Bertizarana linsusa, dice solamente «son muy conocidos sus usos medicinales. Los chicos, quitando la médula de sus ramos, hacen con los mismos cerbatanas para divertirse». ¿Quién no lo hizo en su niñez? En las breñas escarpadas de Liorz, florece en junio el tilo. «Sus hojas son calmantes y emolientes y las flores son conocidas por sus efectos antiespasmódicos; éstas se usan en infusión teiforme, y, con su madera, que es muy ligera, se hacen chanclos». «Su corteza es fibrosa y sirve para hacer cuerdas y aun telas groseras. Se le llama en vascuence exki (ezkia)». El «juncus bufonius» de Linneo se da muy bien en los parajes inunda- dos de Bértiz, donde es muy común. Algunas especies de juncos, como el

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