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VIDAL PEREZ DE VILLARREAL de Lacoizqueta, que en su obra no se reflejase para nada el lenguaje popular vasconavarro 25. Como prueba de la amistad que tuvo este botánico navarro con Linneo, subraya Lacoizqueta el gesto que tuvo el gran maestro al dar el nombre de «Echandía» a un género de flores liliáceas, «dotadas de forma bizarra y aspecto elegante», procedente de América Central y Méjico. Si con sus amigos se comportaba Linneo de este modo, con sus contradictores lo hacía de forma paralela, pero opuesta, perpetuando también así su recuerdo en sus listas sistemáticas; recordemos solamente el nombre de «Bufo bufo» dado por este sabio al sapo común (el gran Buffon fue su claro y decidido opositor). Señala después a Juan Texidor y Cos como el primero en hacer mención de nombres vascongados de los vegetales en una obra botánica, y a don Miguel Colmeiro como continuador de este esfuerzo de filología botánica etnográfica, y los hace dignos del «más sincero agradecimiento de los vascongados» 26. Pero Lacoizqueta no encuentra completa la obra de estos botánicos: «recogen, dice, los nombres que trae el Diccionario de Larrarnendi», pero «no han podido recopilar varis otros nombres que usan los labradores del país, que es lo más práctico y a que siempre se han de atener en lo posible; sin distinguir los que a cada especie se les da en diferentes localidades y dialectos* ". A pesar dy este principio tan puesto en razón para el recto desarrollo de la filología 'etnográfica, Lacoizqueta se hace esclavo de Larramendi en ese afán desmedido por explicar etimológicarnente los términos populares, forzando la imaginación al grado máximo en la mayor parte de los casos. Resurrección María de Azcue estudió detalladamente la obra de La- coizqueta y recogió en su monumenral Diccionario, bajo la referencia CAN Lakoiz» (es decir, «dialecto Alto Navarro, Lacoizqueta~), todos los térmi- nos populares que a lo largo y ancho de las 186 páginas de su DICCIO- NARIO fue presentando el botánico navarro. Por todo esto, cuanto yo pueda decir referente a este particular está totalmente fuera .de tema; solamente quiero recalcar el hecho de que 25. Efectivamente, Pedro Gregorio Echeandía y Jiménez nació en Pamplona en 1746 y murió en Zaragoza en 1817. Publicó una Memoria sobre el Maní de los americanos, Cacahuete de los españoles y Arachis Hypogaea de Linneo~. Zaragoza, por Mariano Miedes, impresor de la Real Sociedad, 1800, 22 p. Su segunda obra, la citada por don José María, se titula: «Flora Cesaraugustana y curso práctico de botánica ... » y se publicó en Madrid, en la imprenta de Manuel de Anoz en 1861, con 50 páginas y una lámina en color. Se trata, pues, de una obra póstuma que pudo estudiar nuestro botánico en los años de su autoformación. 26. Juan Texidor y Cos vivió entre 1836 y 1885, plenamente contemporáneo de nuestro Rector de Narvarte, y publicó la obra Flora farmacéutica de España y Portugal, precedida de varios capítulos preliminares, y determinación de materiales farmacéuticos exóticos. Madrid, 1871, XXIV y 1248 p. Miguel Colmeiro publicó Enumeración y revisión de las Plantas de la Península Hispano Lusitana e Islas Baleares, con la distribución geográfica de las especies y sus nombres vulgares, tanto nacionales como provinciales. Madrid, 1885-1889. Lacoizqueta lo cita repetidas veces en su DICCIONARIO, lo que hace pensar que se hizo pronto con esta obra botánica, elaborada con tanta ilusión y publicada en cinco volúmenes. 27. DICCIONARIO. introducción.
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