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DON TOSE MARIA DE LACOIZOUETA cotubre de 1857. Su paso por estos pueblos fue rápido, pero dejó un colaborador incondicional, don Bruno Echenique. Este ínclito baztanés, nacido en Urdax, conoció por primera vez al entusiasta admirador de la «Lingua Navarrorum*, en 1856, en el Palacio de Echauz de Baigorri, presentado por los hermanos D'Abbadie. Y don Bruno fue quien se encargó de recoger de las parroquias y domicilios de la Alta Navarra, traducciones de Libros de la Sagrada Escritura, catecismos, canciones, etc... Si Lacoizqueta guarda un recuerdo para Luis Luciano, indudablemente tuvo su relación directa por lo menos con don Bruno, y quizás esta relación fuese la causa del interés particular que se despertó en él por el estudio técnico de su lengua materna, cristalizando al fin de sus días todo su trabajo en el presente diccionario. Precisamente tomaba Lacoizqueta posesión de la Rectoría de Narvarte en julio de 1857, unos meses antes del paso del príncipe vascófilo por las cercanías de Bertizarana. Por otra parte, en alguna otra ocasión volvió a visitar Baztán Luis Luciano, con su incondicional ayudante y recopilador don Bruno Echenique, en plena madurez del quehacer científico de nuestro botánico de Narvarte. La visita del Barón de Humboldt, Carlos Guillermo (1767-1835), tuvo lugar en cambio a fines del siglo XVIII y principios del XIX; pero publicó dos obras de lingüística comparada relativas al vascuence entre 1817 y 1821, que pudo muy bien conocer don José María 23. Presenta don José María su DICCIONARIO como una consecuencia lógica y oblkada de su anterior esfuerzo de arecogida y catalogación» de las plantas espontáneas de Bertizarana; «los fitógrafos no se olvidan de los nombres vulgares de las plantas: añaden los autores a la descripción de las especies, las denominaciones con que son conocidas en las regiones que habitan, y aun sus correspondientes en diferentes lenguas y dialectos ... » y cita la «Revue Botanique», tomo V, donde Gastón Godin de Lepinay acababa de publicar una lista de nombres de plantas en «patois». Y él, Lacoizqueta, va a realizar un esfuerzo por recoger estos nombres populares de su patria chica, pueblo y Valle de Bertizarana. Llama a este trabajo «concurso filologo-botánico» z4. En breves pinceladas recoge don José María el recuerdo de algunos antecesores suyos que pudieron dar inicio a este esfuerzo filológico, y comienza por citar al gran naturalista, pamplonés de nacimiento, Pedro Gregorio Echandia (Echeandía); no participó en este concurso fitográfico, nos dice, pero su actividad en Zaragoza, de donde fue destacado profesor, y su íntima relación con el mismo Linneo, lo sitúan entre los grandes botánicos de su tiempo. Esta plena dedicación a la docencia e investigación se desarrolló en la capital del Ebro, donde además dirigió el planteamiento y realización del Jardín Botánico de su Universidad, lo que motivó a juicio 23. Para más detalles puede leerse una amplia síntesis de este tema en Príncipe de Viana, Pamplona, 1758, 147-164, titulada El Principe Luis Luciano Bonaparte y debida al padre Jorge de Riezu. 24. DICCIONARIO, p. 15.

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