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REAPARICI~N DEL USO DE LA ESTELADISCOIDEA Existen, finalmente, dos con el simbolismo del oficio del que descansó de los tra- bajos de su vida profesional: un pintor (don Pedro Lozano de Sotés, 1907-1985) y un herrador y10 herrero (don Argimiro). ;AL! TOR 0 ALTTO RES i Acabo de seiíalar a don José Rota como uno de los artífices de estas nuevas estelas discoideas; pero los talleres radicados en Pamplona en las cercanías del mismo cemen- terio, han preparado también hermosos ejemplares, por encargo de familias detcrmi- nadas o en oferta al público para decorar sus monumentos familiares. Parece evidente que ha influido mucho en los artífices de estos nuevos modelos discoidales, la obra de Colas sobre la Tumba Vasca, tan conocida de todos. El seiíor Rota se fija más en los símbolos de las estelas antiguas existentes en los cementerios de los pueblos aezcoanos y puedo indicar como curiosidad, que, en una de nuestras encuestas discoideas por los pueblos cercanos a Pamplona, acompañado de don Pedro Arrese, supimos de la existencia de alguna de ellas en la finca del seiíor Redín, vecino de Pamplona; nos las mostró con toda amabilidad y nos indicó en una de las calles del pueblo, llamado Monreal, un disco estelar medieval incrustado en la pared; de él tomó el modelo para su mausoleo familiar del más puro sabor clásico (cruz griega ancorada, preparada rebajando la superficie de la cara discoidal); emana de ella una atmósfera de limpieza y sencillez, que inunda cuanto le rodea de sosiego y Paz. IIN