BCCAP000000000000034ELEC
VIDAL PEREZ DE VILLARREAL masiva los tractores como medios mecánicos de fuerza trabajo; como consecuencia, r se suprimieron las comidas y meriendas familiares en e campo en los días de trabajo. Se servía el desayuno muy temprano; en invierno se unían el desayuno y el almuerzo, porque se levantaban todos algo más tarde. Los que «podían ir a la escuela» hacían a la vez el desayuno y el almuerzo y no llevaban bocadillo alguno para tomarlo a media mañana en la escuela durante el recreo. Los que tenían ovejas, como salían muy temprano con ellas, unían también ambas refecciones tomando en casa un plato algo más fuerte y llevaban algún bocadillo para media mañana. Siempre se procuraba hacer el desayuno hacia las ocho de la mañana, «hora solar». En épocas de recogida de hierbas y helechos, se desayunaba en casa y se iba inmediatamente al trabajo; después se les llevaba a los trabajadores el almuerzo al campo hacia las nueve de la mañana; se trabajaba desde primeras horas del día hasta el anochecer, lo mismo las mujeres que los hombres. Se me ha asegurado que antes de 1940 no se podían fijar las horas del día, porque no se hacía uso de relojes, ni siquiera dentro de la mayor parte de las viviendas; «cuando se trabajaba en el pueblo o en sus cercanías, nos orientábamos por el reloj de la torre de la iglesia parroquial, pero desde las bordas no se oía ninguna de sus señales, ni las del reloj del colegio de Lecároz que estaba más alejado de los pueblos y solía ser más preciso que los de las parroquias; en estos casos nos fijábamos en las sombras proyectadas por el sol en determinados lugares que rodean a la borda o en la experiencia y en la necesidad fisiológica». Cuando se servía un bocadillo a media mañana, ameiketako, se comía poca cantidad y casi sin interrumpir el trabajo. La comida se hacía siempre a mediodía, a las doce del sol, aunque en el campo «nos ateníamos al momento de la llegada de la madre o de algún otro miembro de la familia con la comida»; a veces eran los niños los que llevaban a sus padres la comida preparada por la abuela, saliendo de la escuela algo antes que los demás. Cuando se merendaba, se hacía a media tarde, sin poder fijar la hora, pues a veces se aprovechaba ara ello un descanso en el ritmo del trabajo; los niños merendaban en casa todos los 1 ías del año. La cena no tenía hora fija y se hacía siempre en casa; generalmente se posponía a todos los traba os urgentes para dejar bien arreglados los animales del establo, principalmente i as vacas y los cerdos. Para la mayor parte de los encuestados, la comida principal era la del mediodía; para Anastasio Alberro la mejor era la del almuerzo y para el matrimonio Carricabu- m-Maya, también: «más gusto le sacábamos al almuerzo a las nueve de la mañana, pues para las doce estás ya cansado del trabajo*; pero en todas las familias se daba mayor importancia siempre a la comida del mediodía. Materiales utilizados En el desayuno se tomaba leche y talo con queso; «siempre talo», me recalcaba machaconamente Anastasio Alberro. En Jaureguizarrea (hermanas Carricaburu), se usaba arto con leche en vez de talo. El arto es un pan de maíz cocido en el horno ordinario de hacer Dan: Dodía conservarse durante ocho o diez días: cortado en rebanadas delgadas ; lanas, se tostaban al fuego con unas tenazas alárgadas o en parrillas especiales, y, l es ués de tostadas, se introducían en la leche en trozos (sopas) o se les untaba de queso f resco, sin dejarles enfriar. También se preparaba con talo o con rodajas muy finas de arto, el marrakuku; para ello, el talo recién preparado o la rebanada de arto recién tostada, se untaban con tocino o con queso fresco y se super onían una rodaja sobre otra, comiéndolas a 7 9 P mordiscos; si.no se dis onía de ueso resco, se colocaba un trozo de queso seco en la punta de una rama de gada, se e calentaba al fuego directo de la llama, y, cuando
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz