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VIDAL PEREZ DE VILLARREAL más tarde una memoria sobre cómo logró «cortar» una epidemia de fiebre tifoidea que se había extendido en un grupo de bordas de su jurisdicción atacando or donde se debía: la higiene personal y pública. «Fue atentamente escuchada esta J? isertación del doctor Olaortúa acerca de la higiene del caserío del Pirineo Navarro a la que pusieron algunos comentarios los señores Canalejo, Armendáriz, Juaristi, Simonena y Soler», se lee en la Crónica del 11Congreso de Estudios Vascos celebrado del 18 al 25 de julio de 1920. Hoy, 1980y siguientes, se ha procurado instalar agua y luz en todas las casas y en las bordas habitadas, con la consecuencia que esto lleva en cuanto a comodidad e higiene; las mujeres hablan de frigoríficos y lavadoras como del mayor paso hacia una forma de vida jamás soñado por ellas en su juventud. Tampoco existían comunicaciones cómodas entre el pueblo y las bordas o caseríos, y entre los pueblos y la ciudad; se recuerdan con nostalgia las diligencias arrastradas por mulos o caballos, con las ventas adosada a los caminos de herradura o carreteras (todavía siguen llamándose ventas y muchas se han transformado en reconfortables posadas y restaurantes); en 1902 se substituyeron en Baztán estas diligencias de tracción animal, por los coches de vapor, y en 1906, las locomóviles por los motores de gasolina marca Dion-Bouton; son datos recogidos del archivo del colegio de Lecároz. Se orientaron todos estos cambios desde Elizondo por hombres emprendedores y muy conocedores de la vida del otro lado del Pirineo. Finalmente, en 1915 se inauguró el tren del Bidasoa que enlazaba Elizondo con Irún y proporcio- naba mayor rapidez y seguridad al movimiento de personas y de mercancías. Fermín Irigaray describió y publicó una crónica de las operaciones de cirugía abdominal que se vio obligado a realizar en diversos lugares del Valle de Baztán en los mismos domicilios de los enfermos, por dificultades en el transporte, y casi siempre con completo éxito (se trata de fechas anteriores al año 1915). Hoy, principalmente a partir de 1980, las ambulancias trasladan a cualquier enfermo en muy poco tiempo y con plena garantía a los centros hospitalarios de las ciudades. Es de subrayar que las centrales eléctricas se establecieron muy pronto en estos pueblos; en Elizondo, en 1892; en el colegio de Lecároz, en 1897, y en Arráyoz- Lecároz, en 1907, pero se repartía la energía eléctrica producida solamente a los porcionistas o accionistas de la central y sólo para iluminación. Se montaron en años posteriores otras centrales en los cauces de los ríos del Valle, pero con el mismo criterio; se privaba a las bordas del uso del agua para sus riegos y de los manantiales para su posible traslado a los domicilios, y no se les proporcionaba energía eléctrica (centrales de Agozpe y Lekueder). A artir del año 1936 se comenzaron a instalar pequeños generadores hidroeléc- tricos 'f e tipo familiar en las proximidades de las bordas que no disponían de energía eléctrica; se señala la borda Etxegaraya de Garzáin como la pionera en esta técnica para todo el Baztán; en años anteriores se habían hecho muchas instalaciones de esta clase en los caseríos de Echalar. Aprovechaban los declives de los arroyos que circulaban por sus cercanías, construían depósitos de reserva de agua y la dirigían a la turbina del generador, disponiendo de mando a distancia desde una de las ventanas de la casa, generalmente de la de la cocina, ara abrir o cerrar el paso del agua a la S turbina; se trataba naturalmente de genera ores de pequeña potencia, acordes con el caudal del agua, del salto y del volumen de su depósito de reserva, servían para alimentar tres o cuatro bombillas solamente, y siempre sólo en torno a T a iluminación. La electricidad generada era siempre continua; solamente encontré un pequeño alternador en la borda Ormart de Aritzakun. Casi todo el año disponían de agua suficiente y por lo tanto de luz; solamente en algunas otoñadas disminuía notable- mente el caudal de los arroyos y entonces se utilizaban los generadores solamente al anochecer y al amanecer. Se extendió mucho este tipo de generador eléctrico domésti- co y todavía uedan instalaciones en uso como recuerdo del esfuerzo hecho por los caseros y bor B aris por desarrollar su vida económica; utilizaron también esta técnica
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