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en su valoración y en su uso. Finalmente, el cuarto problema, toma conciencia de que en los anteriores se ventila algo previo a la verdadera comprensión histórica. Por ello, cree necesario abordar esta com– prensión directamente. Y en ella leer lo más íntimo y peculiar de cada hecho histórico 10 • Esto que venimos diciendo sobre los cuatro pro– blemas de gnoseología histórica vale para toda in– vestigación sobre la historia. Por lo mismo, la histo– ria bíblica los ha de tener muy presentes. Y sólo del buen uso del entramado de los mismos puede brotar una luminosa visión de la misma. Una teolo– gía de la historia, a la altura de las exigencias cien– tíficas de hoy, debe saberlos utilizar. Detengámonos ahora en exponerlos con alguna detención. 2. Captación del hecho histórico singular Por lo que toca a este primer problema adverti– mos en el pensamiento cristiano un dualismo moles– to y persistente que es necesario superar radical– mente. Por una parte, este pensamiento ha intuido con penetrante clarividencia las realidades concre– tas singulares. Las descripciones de nuestros míst i- 10. El lector advierte que estos cuatro problemas están pidiendo, no una lección, sino un libro. El citado de H.– l. MARROU aborda ya los cuatro temas, aunque de un mo– do embarullado y carece, por lo mismo, de la debida precisión. Pero este pensador francés, que se siente en la linea de Dilthey, nos ha dado un primer esbozo de sín- tesis que debemos aprovechar . · 94
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