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No pensamos que en este momento M. Buber lle– ga a aceptar la interpretación inmanentista de la historia. Pero, ciertamente, tiende la mano al pensa– miento judío secularizado, que ve en esa era serena y próspera el único mesianismo aceptable para los hombres del siglo XX 30 • Tampoco puede justificarse su ataque al cristianismo por considerarlo vía me– dia entre el mesianismo apocalíptico y el profético. Más que vía media, pudiéramos replicar a M. Buber, es la síntesis armónica de ambas visiones de la his– toria. Estos dos mesianismos, el profético y el escato– lógico, ambos profundamente bíblicos, debieran darse en todo tiempo la mano entre quienes acep – tan ta visión cristiana de la histo ria. Pero no siem– pre es así. Menos tal vez que nunca hoy día cuan– do las tensiones más vivas dentro de la vida ecle– sial ti enen su origen ideológico en no haber encon– trado la vía sintética por la que puedan caminar ambos mesianismos. Encarnacionismo y escato/o– gismo, visión horizontal o vertical de la vida cristia– na, el más acá de la acción temporal frente al más allá .de la contemplación de lo eterno : he aquí una serie de conceptos, que son claves en una teología de la historia y que, sin embargo, motivan ásperas polémicas entre quienes comparten una misma fe fundamental. prE>fetismo en M. Buber, véase mi estudio cit . en la p. 59, p. 23-31. 30. Es clara la tendencia hacia un pensamiento ra– dicalmente secularizado en el filósofo judío argentino, L. DuJOVNE , Martin Buber. Sus ideas religiosas, filosóficas y sociales. Buenos Aires 1966. 83
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