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profundo sentido bio lógico que tiene la historia en estos pensadores cristianos y de cómo esta visión de las edades se inserta en el mensaje bíblico del de9arrollo de la revelación hasta Cristo. Y después de Cristo, en el crecimiento del Cuerpo Místico en la vida de la Iglesia. De todo ello concluimos que los sistemas filosó– ficos que ven el desarrollo de la historia de un mo– do orgánico, sin desviacionismos materialistas y de– terministas, ponen una base firme en la interpreta– ción de lt:1historia. La historia no es lucha dialécti– ca, como tantas veces se da hoy por inconcuso, si– no germen vital en perenne primavera hacia nuevos brotes y renuevos. Es esto lo que han puesto en cla– ro las síntesis biológicas de Bergson y de Teilhard de Chardin. Limpias estas síntesis de ciertas exage– raciones unitarias que han motivado el ser acusa – das de monismo o panteísmo, pueden servir de sus– trato filosófico a una visión teológica de la historia en su vertiente organicista. No abrimos surco ni somos los primeros en uti– lizar a ambos pensadores. CI. Tresmontant, en sus estudios comparativos entre el pensamiento bíblico y el griego, ha hecho ver l1aposibilidad de que el sistema de Bergson pueda ser la base subyacente para comprender el pensamiento bíblico. Nos colo– camos en la misma línea de CI. Tresmontant 21 • Pero creemos necesaria una labor de poda hasta lograr 21. De entre las diversas obras que ha dedicado al tema nos parece la más vinculada a Bergson y a Teil– hard: Essai sur la pensée biblique, Paris 1953. 74

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