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Tiene, por lo mismo, algo de común con la v1s1on que terminamos de mentar. Pero no con su mate ria– lismo y su determinismo. Los dos pensadores fran– ceses ven la historia humana como el desarrollo de un germen que se despliega y madura. Pero el des– pliegue de este germen no está inserto solamente en la biología sino que colabora en el mismo la par– te superior, el espíritu. Por ello, el desarrollo de es– te germen no va vincu,ado a un determinismo ma– terialista sino que, por el contrario, implica la virtud creadora de la libertad 17 • Esta visión de la historia empalma con dos ideas de San Agustín: la de las razones seminales y la de las edades de la historia. En las razones semina les veía este doctor los gérmenes depositados por el Hacedor en el acto mismo de la creación para que en el tiempo oportuno del desarrollo del cosmos lle– garan a madurez. Hay ciertamente divergencias, que no podemos exponer ahora, entre las razones semi– nales de San Agustín y el evolucionismo biológico de Bergson y Teilhard. Pero dentro de estas diver– gencias es innegable que se da un paralelismo en– tre ambas concepciones desde las que se otea una hermosa perspectiva de la historia 18 • 17. Las obras fundamentales de H. BERGSON para conocer su filo sofía de la historia son : L'évolution créa– trice y Les deux sources de la morale et de la religion, en Oeuvres (édition du centenaire) , Paris 1963. Las de P. TEILHARD DE CHARDIN , Le phénomene humaine y La milieu divin, Seuil, Paris 1947 y 1957. Para un estudio comparativo entre ambos: M . BARTHELEMY-MADAULE , Berg– son et Teilhard de Chardin, Paris 1963. 18. Cf. De civitate Dei, XVI, 43; XXII, 30; De ge- 72
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