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citadora. Buena prueba de ello nos la da la histo– ria del siglo XX. En esta atribulada historia no poca responsabilidad cabe a esas falsas ideologías, que estuvieron muy vigentes en unas horas de pleamar . Hechas estas advertenci•as previas, pasamos aho ra a analizar cada una de las notas señaladas . a) Visión orgánica Es muy posible que esta primera nota suscite preocupación. En este siglo se ha abusado tanto del org anicismo para inie rpretar l•a historia que da mo– tivo para inquietarse. Ya en el siglo pasado, L. Fro– bren ius interpretó las culturas desde una mera con– cepción biológica. O. Spengler radicalizó esta visión al presentar las culturas sometidas a idéntico pro– ceso que el germen vegetal. Este proceso se verifi– caría en ciclos cerrados para cada cultura y con re– pudio total de todo elemento extraño, considerado como maléfico. De aquí la lucha inevitable entre pueblos y culturas cuyos efectos pudieron verse en la menfalidad racista que motivó en gran parte la segunda guerra mundial. Es inherente a esta visión de la historia un materialismo biológico y el consi– guiente determinismo, sin fisura alguna para la ac- tuación de la libertad 16 • • También la visión de H. Bergson y de P. Teilhard de Cha rdin muestra la historia como un organismo . 16. La obra de A. HITLER , .Mein Kampf , vino a ser el "breviario " de las juventudes europeas racistas, dis– pue sta s a la lucha biológica . Sobre la s fuentes de esta ideologí a véase la nota 11, p . 33. 71

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