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cosas " ~. Esta afirmación es para el filósofo madri– leño una deci'aración de guerra contra Hegel, pre– cisamente contra su filosofía de la historia que en– tonces aún no se había publicado, pero que ya ac– tuaba en forma de curso universitario. Con ella co– mienza }a batalla entre la escuela histórica, que es la versión alemana del positivismo histórico, y la es– cuela filosófica acaudillada por Hegel 5 • En e! apartado anterior vimos que la filosofía de ra historia de Hegel no nos vale como presupuesto filosófico para una teología de la historia. ¿Nos da mejores presupuestos e/ positivismo histórico? Distinguimos en este movimiento ideológico tal como cristalizó en e! siglo pasado tres niveles: 1) !a determinación del hecho histórico ; 2) el inten to de formu lar leyes históricas ; 3) Ja visión progresis– ta de la historia. 1) Por lo que toca al primer nivel podemos constatar que todavía la historia vive de sus hallaz– gos y conquistas. Nace con la escuefa histórica ra elaboración de unos métodos precisos para deter – minar los hechos históricos. Y, por otra parte , se acumulan y ordenan montaíias de documentos que facil itan el acceso ,a las fuentes donde se deben es– tudiar los hechos. Al manejo de estas fuentes se 4. La fra se en alemán, "wie es eingentli ch gewesen " se halla en el prólogo a su libro Geschichte der r omi s– chen und germani schen Volker. Leipzig 1874, VII. 5 . J . ORTEGA Y GASSET, Filosofía de la Historia en H e– gel y la hi st or iología , en Obras Completas , IV, 224-225. 61
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