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tico . La segunda ve la historia movida por agentes que la determinan en cada circunstancia. La te rce– ra contempla lia historia como un organismo en pe– renne crecimiento. Intentemos aclarar estas tres vi– siones de la historia. 1. La historia en desarrollo dialéctico Se ha dicho con verdad que la dialéctica es una de 1,asgrandes aportaciones filosóficas del siglo XIX. Esto se ha de eñtender, no de la dialéctica clá– sica de Platón y Aristóteles y que llega hasta las críticas de L. Vives, Adversus dialecticos; sino de la dialéctica que nace con el sistema de Hegel. A esta di,aléctica la pod ríamos definir como dialéctica de lucha y de enfrentamiento de contrarios. Ahora bien, creemos algo primordial, que no siempre se tiene en cuenta, distinguir netamente entre la diaiéctica ternaria de Hegel y la dialéctica binaria de Kierkeg ,aard. Este tema lo hemos abor da– do en otro estudio del que extractamos los momen – tos esenciales 1 • Kierkegaard retoma de Hegel la idea de dialéc– tica, como tensión de contrarios, como lucha. En este sentido los dos dan un adiós definitivo a la di,aléctica clásica . Para ambos esta dialéctica care– ce de valor. La auténtica dialéctica es la dialé cti ca real de la vida y de la historia. Esta es un entren- l. Dialéctica y diálogo, en Naturale za y Gracia 19 (1972) 83-121; 20 (1973) 31-53. 56

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