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En este enmarque se hacen sumamente sugesti– vas obras como la del profesor J. Pikaza, La biblia y la teología de la historia. En ella se nos da la des– cripc ión circunstanciada y alternante de las llama – das de Dios y de las respuestas o rechazos de los homb res 2 4. De esta suerte parece que ya podemos tener urt1 visión panorámica del primer problema que he– mos presentado: qué es lo histórico. Las reflexio– nes sobre este problema deben ser el primer preám– bu lo para una teología de la historia. 24. J. FIKAZA, La Bibl i a y la teología de Za historia. Tierra y pr ome sa de Dios . Madrid 1972. 53