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poner, sino el proyectar que lleva consigo implica – da una decisión. L'a libertad selecciona entre los muchos caminos que se le proponen. De esta selec– ción brota el proyecto de una historia grande y fe– cunda o mísera y rastrera . La libertad es, por lo mismo , la gran palanca que mueve l:a historia humana. Y es esta libertad ia nota más sa,;iente por la que la historia humana se dist ingue de modo irreductible de la historia natu– ral del astro , de la planta o del bru to. Concluyo este análisis, decla rando sin reparo mi preferencia por esta visión antropológ ica. Por ser la más verdadera y la más completa , es igual– mente la más apta para servir de preámbulo o pre– supuesto filosófico a una visión teológica de la his – toria. 3. Historia individual e historia humf¡na Con ,10 dicho pudiera concluir aquí el análisis de l primer problema: qué es lo histórico . Pero que– dar ía con ello insuficientemente presentada la otra vertiente que tiene el problema. Nos referimos a la relación entre la historia del hombre como individuo y la historia universal. Este nuevo aspecto es insos– layable por cuanto hay filósofos que historifican ra– dicalmente la existencia de cada hombre y niegan, sin embargo, la historia universal humana en cuanto signifiC'a vinculación entre los diversos hechos his– tóricos. De aquí su oposic ión a qualquier clase de 45