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del devenir y del acontecer. De aquí que mantenga una especial relación con el tiempo" 9 • Tal vez no mereciera un recuerdo esta vertiente del tiempo si no hubiera dado lugar a visiones gi – gantes de la historia. Y muy nefastas. Ya en e! si– glo pasado la historia de la lingüística nos habla del profe sor alemán , A. Schleicher , que intentó aplica r !as leyes de la botánica a la ciencia del lenguaje 10 • Esta opinión no pasaría de ser un capítulo curioso de la historia de la lingüística si un siglo después O. Spengler no hubiera interpretado la historia de las culturas desde esta concepción biológica . Ma– yor mal fue para la verdadera cultura cuando esta fi losofía se hace oficial en el 111Reich. La lucha bio– lóg ica racial fue la secuencia 11 • No parece haya tenido repercusión esta ·tend en– cia en la inte rpretación de la his tor ia bíblica. Bas– te , por lo mismo , esta referencia para llenar el cua– dro de figuras ideológicas que vamos rellenando. Las dos figuras centrales de este cuadro, las más actuales, encarnan la interpretación existencia– lis ta de la historia y la que hemos llamado antropo– lógica. 9. Ph. LERSCH, La estructura de la personalidad, Bar– cel ona 1966, 9. 10. Cf. G. MOUNIN, Historia de la lingüística, Madrid 1968, 202-223. 11. Cf. O. SPENGLER, La decadencia de occidente, 4. vol., Madrid 1944; H . ST. CHAMBERLAIN, Die Gru ndlagen des neun zehnt en Jahrhund erts, München 1941. (Este au– to r tuv o un gr an influj o en la men ta lid ad r a cista del na– ciona l- socialism o y las edicion es de su obra se multiplic a – ba n en los añ os en los qu e estu vo en el poder ). 35

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