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miseria del historicismo. También toca el tema H. REI– CHENBACH, The rise of scientific philosophy, En sentido negativo, G. LOMBRoso, La tragedia del progresso; H. BELLOC, La crisis de nuestra civilización; M. DECORTE, Ensayo sobre el Jin de nuestra civilización; G. MARCEL, Les hommes contre l'humain; Le déclin de la sagesse. Un estudio sereno, insuperado hasta hoy, nos ofrece M. GARCIAMORENTE, Ensayos sobre el progreso. c) Hacia una visión integral de la historia. No conocemos ninguna obra que exponga temática– mente las tres notas con las que hemos caracterizado la visión integral de la historia. La obra de J. MARITAIN, Humanismo integral, es una de las visiones más sintéti– cas, aunque haya sido muy discutida desde ciertas ver– tientes políticas. a) La visión orgánica de la historia, con aportacio– nes constructivas muy aprovechables, es expuesta por H. BERGSON, L'évolution créatrice y Les deux sources de la morale et de la religion; P. TEILHARD E CHARDIN, en las tres obras que hemos citado en Interpretación antro– pológica, muestra esta tendencia organicista que es igual– mente patente en toda su obra. CL. TRESMONTANT ha in– tentado en sus diversos estudios aplicar los principios bergsonianos y teilhardianos a la concepción biblica de la historia. Desde una visión negativa del problema hay que re– cordar a F. Nietzsche . L. Frobenius, O. Spengler, tenden– cia que culmina en la literatura, tan vigente un día, del nacional-socialismo o racismo. b) La visión personalista de la historia está presente en toda la obra de E. MouNIERy de su discí.pulo J. LA– CROIX,quienes han formado escuela en torno a la revista Esprit. De acentuado personalismo, pero dando igualmente la mano a la visión dialógica, es la filosofía de M. NE– DONCELLE, La personne humaine et la nature . c) La visión dialógica se halla en el centro de las preocupaciones del citado M. NEDONCELLE, La réciprocité des consciences. (Podría considerarse una respuesta des– de la filosofía dialógica a la problemática marxista, pro– puesta por G. LuKAcs, Histoire et conscience de classe). El filósofo judío, M. BUBER es hoy un clásico de la filoso- 126