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Después de la Kehre el Dasein pierde la prima– cía que pasa al Ser 35 • La Carta sobre el humanis– mo deja esto bien claro. En ella ya se ha consuma– do la madurez mental del filósofo. Pues bien, en este momento de su vida mental Heidegger establece una nueva distinción, paralela a la anterior, pero más profunda. Frente al lenguaje instrumental izado, e·1 gran agente manipulador: del hombre, afirma la existencia de un lenguaje que es la morada del ser. Una íntima conexión establece el filósofo entre ser, pensar y hablar: el ser se ilu– mina en el pensar y el pensar se expresa a sí mis– mo en el lenguaje, el cual, a su vez, ilumina al ser. Heidegger empalma aquí con toda la tradición mística que ha visto experiencialmente cómo Dios se halla oculto para la mente humana en divina ti– niebla 36 • A la mente humana le incumbe, como pri– mer deber, oír la voz de Dios que habla frecuente– mente desde la tiniebla. En una terminología muy propia han hablado los místicos de esta locución di– vina. Heidegger aplica esta terminología mística a su interpretación secularizada del ser. En esta inter– pretación se han .advertido, además del influjo se- 35. Me place constatar que mi profesor A. NABER fue un o de los primeros en tomar conciencia de la K ehre heideggeriana en su estudio Von der Philosophie des " Nichts" zur Philosophie des "Sein-selbst", en Gregoria– num 28 (1947) 357-378. 36. Cf . SAN JUAN DE LA CRUZ, Noche oscura, lib. II, c. XVII, 3 y el comentario de CRISÓGONO DE JESUS SACRA– MENTADO, San Juan de la Cru z, s1t obra científica y su obra literaria, Avila 1929, 416 ss. 115

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