BCCAP000000000000032ELEC
Si esto cabe hacer en el análisis de la obra lite – raria, con mayor motivo se ha de poder aplicar este método a otras producciones más sencillas y ase– quibles del espíritu humano. c) El método fenomenológico Por lo que toca al método fenomenológico nos parece el de más porvenir en la vertiente hermenéu– tica de la comprensión. Dámaso Alonso lo ha utili– zado en sus iluminados estudios de crítica literaria. Ya vimos un ejemplo en su comentario a San Juan de la Cruz. L. Alonso Schockel, empalmando por confesión propia con la crítica literaria de D. Alon– so, ha iniciado su aplicación a la hermenéutica bí– blica 31 • Pero el campo aún se nos muestra más pro– metedor que cosechado. te método a la interpretación de Hechos, X-XI, 191-204. Ya en la introducción .previene contra la decepción que se seguiría de pedir demasiado a este método (p. 183). Sinceramente, después de la lectura del comentario es– tructural, tenemos que comentar que a todo método se le exige que nos dé alguna aportación valiosa. En esta ocasión no la hemos encontrado. Tal vez nos haya pre– dispuesto contra el método el primero de sus códigos, el narrativo que lo funda en la expresión "Il y avait", que no se halla en el texto griego de San Lucas. Véase tam– bíén, Analyse structurale et exégése bliblique. Essai d'in– terprétation, Neuchatel 1971. Para una visión general del problema hermenéutico: E. CORETH, Cuestiones fun– damentales de hermenéutica, Barcelona 1972. Su discí– pulo A. ORTiz-OsÉs, Antropología hermenéutica . Para una filosofía del lenguaje del hombre actual, Zaragoza 1971, aplica los principios de E. Coreth al tema del hom– bre. Desde la hermenéutica tiene en cuenta las aporta– ciones de la filosofía, R. LAPOINTE, Les trois dimensions de l'herméneutique, Paris 1967. 31. La palabra ins:pirada. La Biblia a la luz de la ciencia del lenguaje, Barcelona 1966, 222 ss. 111
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz