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biografías y filmes se sigue hablando de la invitación a prepararse para ser el Sucesor del apóstol Pedro e, incluso, el Papa que guiaría a la Iglesia en el paso del segundo al tercer mnenio que, en el año 1947, cuando, arrodillado ante el Padre Pío, celebraba el Sacramento de la Penitencia en San Giovanni Rotondo, habría escuchado el joven sacerdote polaco Carlos Wojtyla, hoy Juan Pablo 11;el pe,fume: lo describen como agradable, sutil y delicado , mezcla de violetas y de rosas, y, entre los que confiesan que lo han percibido, unos lo han disfrutado en presencia del Padre Pío y otros a miles de kilómetros de distancia , unos en vida del Religioso capuchino y otros después de su muerte , algunos conscientes de que ya se hablaba de este fenómeno y otros sin conocer siquiera la existencia del Fraile de Pietrelcina ...; y si las "llagas", vivas, abiertas y sangrantes durante 50 años, fueron un problema sin solución para la medicina y la psicología, no lo fue menos su desaparición completa, el día de su muerte, sin dejar huella ni cicatriz alguna, como lo atestiguan las fotografías que se tomaron a los pocos minutos de que el médico, el doctor José Sala, certificase su defunción. Éstas y otras muchas cosas excepcionales son los dones extraordinarios que recibió del Señor el Padre Pío. Sin olvidarlos, queremos detenernos a subrayar otros rasgos, muy importantes y valiosos, de su vida ordinaria. El Padre Pío es el seguidor humilde, obediente, caritativo y alegre de Francisco y de Clara de Asís; es el sacerdote santo y celoso; es el enamorado de Cristo; es el devoto de la Virgen que lleva siempre en sus manos o enrollado en el brazo el rosario y lo recita muchas veces al día; es el hermano que vive para sus hermanos y que tiene sus preferidos en los pobres, los enfermos y los alejados de Dios por el pecado; es el creyente que busca en todo la gloria de Dios y la salvación de las almas ... El Papa Juan Pablo 11,en la homilía de la beatificación del Padre Pío, se refirió, sí, a "su cuerpo marcado por las «llagas»", que hacían de él una "imagen viva del Cristo sufriente y resucitado" ; a los "dones singulares que le fueron concedidos y los sufrimientos interiores y místicos que los acompañaban "; a "su experiencia del cielo", consecuencia, sin duda, de 11
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