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subte otros, en dependencia con el momento de la mordedura y el terreno humano concreto. 3 Las pautas terapéuticas establecidas han sido muy precisas y las hemos empleado de forma sistem.itica en todos los casos, excepto cuando la hospitalización se realizó despues de las 23 primeras horas. Nunca hemos realizado incisiones en la zona de la mordedura ni he— nms establecido torniquetes que. fuera del primer momento y realizados de forma inade cuada, son contraproducentes En resumen. ésta es la línea de conducta en el hospital al momento de la hospitalización: a. Colocar una venoclisis con destrosa al 5’ y 10.000.000 U. de penicilina sódica. h. Realizar una prueba cutinea de sensibili dad al suero antiofidico y, una vez realizada. dar al menos cinco ampollas de suero antiofi— dico polivalente por vía intravenosa. e Tener preparada una cortisona intrave nosa para la eventualidad de reacciones de incompatihil iclad d Inyectar por vía intramuscular un analgé sico potente desde el primer momento. e. Colocar la extremidad afectada en reposo completo y ligeramente e levada f. Continuar con tratamiento de manteni miento y de las complicaciones que aparezcan. En concreto, antiinflamatorios, antihemorrági— cus, vasodilatadores y antihioterapia. si es ne cesario. 4 En estos 13 años no hemos tenido nin— gun deceso por mordedura de serpiente. En todos los casos los suc n s antiofídicos hati resultado (le gran eficacia. Nuestra experiencia corresponde al polivalente de Butantan En estos anos conocemos s arios falleci mientos en la ribera del río Napo. algunos de ‘ ellos con una rapidez impresionante. tras me nos (le una hora de la mordedura. De estos fallecidos en los ultimos seis años dos eran curanderos muy conocidos estimados en las comunidades quichuas Las terapéuticas nati vas empleadas con ellos no dieron el resultado deseado. Picadura de raya No con la misma frecuencia, pero en repeti das ocasiones, hemos hospitalizado a pacien tes, tanto indigenas como colonos. qtie han sufrido una picadura de raya (Potamotrvgon histrix), que reposa en aguas en calma, sobre la arena, en lugares poco profundos y que hinca una enorme espina ósea, aserrada, que posee en la base de la cola, cuando se siente pisada o atacada. Su herida es muy anfrac tuosa y penetrante. Al sacar el aguilón óseo reali7a una verdadera destruccion de tejidos. que muy fácilmente se intéctan. Es al mismo tiempo enormemente dolorosa. La gente piensa que introduce sustancias necrosantes. pero. con seguridad, el proceso de necrosis que se da con frecuencia, se debe a la inlc ción sobreanadida. Todos los casos que hemos hospital izado tras picaduras muy recientes han respondido muy bien a analgésicos potentes. limpieza de la herida y antihioterapia de choque . Ninguno de ellos ha realizado necrosis. En cambio, cuando han llegado al hospital tras muchas horas, la curacum ha sido lenta: se ha perdido tejidos a veces, hemos tenido que realizar injertos cutáneos importantes. Mordedura de cancro Hasta 1979 no habíamos tenido experiencia sobre los efectos que produce un pequeño pez. llamado cancro (Vandelia wicneri), de cuerpo delgado s largo, a veces de pocos centimetros y otras algo mayor, con una boca -_ - ,1 3’’ ,_. . ,Ç-. 1 no rrnc tesu ni dcst ru tlv.l en una mo rdedu a de culehra X n ‘Ptialat,i . dc los quídiuts 92

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