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investtcación parasitolgica. Es ciertamente dificil en ocasiones descubrir leishinanias y hiopsiar la zona mas adecuada. Es desde luego un problema en gran parte de tecnica y expe riencia y confonne pasa el tiempo el nivel de pruebas posit t\ as ha ido aumentando en el hospital. rftt de las le i s hman i as i s Este es un aspecto importante no solamente desde el punto de vista del paciente, sino como analisis de la fomia de evolucionar la enfermedad. Existen arias pautas de tratamientos nati vos que se han empleado con exito diverso en el tratamiento de las leishnianiasis cutáneas Entre ello’ señalamos los siguientes: Tratamiento con huacra manhi, tubér culo silvestre. Separada la corteta del tubér culo, se raspa la pulpa y se coloca sobre la úlcera. Pocos dms después se desprende el emplasto y la zona ulcerada queda completa mente limpia y cicatrizada. Se trata de una sola cura. Fiemos conocido dos casos en que realmente el éxito fue completo. 2. Tratam e no con pucu na ancu, bejuco. Su polvo, tras raspado. cubre durante un dia la úlcera, hasta que se seque. Lavar con agua caliente y vol ver a cubrir. Dejar al aire hasta que se desprenda. Aunque el relator considera un tratamiento seguro. conocernos casos en que el resultado fue neeativo. 3. ‘Tratamiento con leche de ojé. Cubrir la uleera con ella. 1 ,avar. Cubrir a continuación con tabaco de niazo y lavar. Dejar al descu bierto. 4. Tratamiento con chuerivuyu, llamado «hoja santa» en Colombia. La hoja se tritura. se la envuelve en hoja de plátano. se la asa. Estando caliente, se le aplica sobre la herida durante un rato. Se repite cada dia la cura hasta que críe crnc nueva. Al final se cubre con terramicina en pomada. 5. ‘Fratamiento con permanganato y sal amarga. Lasar con pcnnanganato u pulverizar con sal amarga. Una sola cura. lodos estos tratamientos y otros han sido ensayados en la terapia ¡udigena a lo largo de los años, Algunos de ellos, como el de hitacra nianti, han resultado francamente positivos de acuerdo a la informacion seria que hemos podido recoger. El resultado de todos los de— tu as no ha p )d ido ser el lii firmado Hasta el momento presente henios manejado tres medicamentos en la terapia ile las leish— ruaniasis con resultados muy interesantes que vamos a exponer a continuación. Previamente espondré un criterio sobre la conveniencia de la hI Ispitalización en este tipo de terapias. En nuestra experiencia el factor hospitaliza e ión Li a ten ido un a importancia po inI rd al Ningún caso de exito bentos tenido entre pa cientes tratados de forma ambulatoria, aun en el caso de que hayamos empleado en ellos los ntisnios tratamientos que han dado el 1 OO de resultados positivos en regimen hospitalario. La razón principal estriba en que se trata de terapeuticas de larga duracion y cue producen trastornos generales frecuentes. Al mismo tiempo exigen medidas de apo\o como una higiene intensa y otras como reposo y curacio nes diarias, ‘lodo esto es muy dificil mante nerlo sin un control cercano y unas pautas de conducta que no son frecuentes entre los ha bitantes que padecen estas patologías. El primer medicamento tue hemos em pleado es el fuadín, de Winthrop. derivado antimonial trivalente, según la pauta lenta de tratamiento y que ha resultado eficaz en todos los casos de LC. En nuestra casuística hasta el año 1980 lo hemos empleado en 15 casos. El resultado es mucho menos alentador en las LMC. De los 6 casos tratados solamente en uno obtuvimos una curación completa. Se tra taba de un caso con lesiones poco a’.’anzadas. Los otros cinco llegaron a mejonas netas, pero no sanaron y posteriormente se recrudecieron hasta que se les sometió a otros tratamientos. 2. Desde 1971) hemos empleado en ocasio nes el producto Glucantime, de Specia. un antintoniato de N-metilglucarnina. Nuestra ex periencia es muy favorable para los casos mucocutancos en los que hemos tenido necesi dad de emplearlo. No obstante en un caso de [MC ntuv avanzada, con un componente este- 67

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