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En los lO casos tratados hasta el año 1982 la media de cronicidad de la enfermedad al mo mento de su primera consulta era de 5,ñ años, Se trataba por tanto de casos antiguos. que habían intentado cliv ersos tratamientos nativos o convencionales q hasta el momento 110 habi an conseguido una mejona verdadera. 3. las imágenes clinicas observadas se apros iman enormemente a las que tan brillan temente describe el Dr. Luis A. Leon: narit eletantiasica. verrucosa. rinoescleromatoide. poliposa. tapiroide. en pico cJe loro. rinot ¡ma, cribosa Es en realidad una imagen variada. siempre notablemente alterada, de acuerdo a la forma concreta en que las diversas estructuras han sido afectadas. 4. En una etapa posterior del proceso pato geno las leishmanias alcanzan el paladai blando foirnando en él una placa amplia. palidamente eritematosa mamelonada. que poco a poco invade los pilares amigdalinos s la úvula, real iiando verdaderas destrucciones o, por el contrario, formaciones vegetantes que llegan a reducir la entrada orotanngea o la faringonasal a un pequeño orificio irregular. La invasion parasitaria alcanza las cuerdas vocales y en ocasiones penetra en el tracto traqueal creando problemas mecánicos respi. ratorios enormemente complejos y graves. De los casos que nos ha tocado tratar uno de ellos resume la gravedad del mismo y su incidencia en la vida del paciente. Se trataba de un varón quichua. iMP, de 39 años de edad cuando tonianms el primer contacto con él en l97t). del caserio de Sinchichicta. Hacia ya dos años que se encontraba entermo con pro blemas de garganta. disfagia afoma intensa. El paladar blando y el anillo onifaringeo esta ban enormemente alteradfis con una neo forma— clon densa, rosado palida. que desfiguraba las estructuras anatómicas y ofrecía la imagen de un túnel casi cerrado. Las imagenes radiologi— cas denotaban un proceso bronconeumonico bilateral alto. Los examenes real izados en aquel entonces no nos permitieron orientar con seguridad el diagnostico. Ftie enviado a LEA de Quito y regreso al cabo de algun tiempo csin una discreta niejoria. En 1976 subjetivamente se encontraba igual. La imagen fisica babia variado, apare— ciendo una enorme placa 1 inamnente nhullelo— nada muy caracteristica en paladar blando. El resto de las alteraciones orofaringeas permane cia sensiblemente igual. La atectación de la voz era intensa y se percihia un estridor en la actividad respiratoria. Nos parcelo que se tra taba de una verdadera LMC’, aunque no pudi mos real i/ar cina comprobacion parasitologica. Se le sometió a tin tratamiento con [-uadmn, pero la mejorma fue discreta y temporal. Los años siguientes tuvimos ocasiones rnul tiples tic verlo en sti propia comunidad. Poco a poco el proceso iba afectando más intensa mente sus constantes vitales y los feifonmenos mecánicos respiratorios eran al husmo tiempo más impresionantes al correr del tiempo. En diciembre de 1981 fue hospitaliiado de nuevo, con un estado general muy deficiente. l.,as alteraciones orotaringeas hahian adquirido dos nuevos elementos: una amplia placa en el labio superior y mucosa labial interna vecina. 1 tt( Iti.Ii.,td el ttdilflhi.’l1i) t .,iitl/ c{idLiIl 62

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