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de torma progres s a. La turnia concreta en que surgieron las reacciones de hipersensibilidad tuerun interpretadas como reacciones no tanto a la medicacion cuanto a la clestruccion masiva del parasito. Hasta el momento presente los casos trata dos. que heintis podido controlarlos penódi camente, no han recidivado, Solamente el pa ciente JRGT, de 39 años, presentó esputos hemoptóicos al año de ser tratado, con exis tencia de huevos de paragónintus. perc puco después, ames de ser sometido a un secundo tratamiento el cuadro regresó hasta el mo mento presente. El ciclo biológico de la paragonimias is Puede considerarse suficientemente cono cido el ciclo hiologico del Paragónimus. Todas las etapas del mismo han sido estudiadas y existen comprobaciones concrelas de las mis mas. coincidentes, en diversos países y por diferentes investigadores. Se han descubierto varias especies silt estrcs domesticas de ani males como reservorios o huéspedes definiti tos del parásito, donde se presenta sintoma tologia respiratoria similar a la del paciente humano. También han sido estudiados molus cos y crustaceos de agua dulce. donde se desarrolla el proceso evolutivo de las fases larvarias del Paraeoniinus (miraciclium. espo— rocisto. redia. cercana y metacercaria). Exis ten estudios experimentales de trasmisión de la cutrmedad en algunos animales domésticos que avalan las hipótesis existentes hasta el momento. ¡-‘rente a este cúmulo de conocimientos era necesario tener presente algunos datos corres pondientes a nuestra área amazónica con el fin de determinar con mayor precisión las carac terísticas del ciclo hiologico de la enfermedad y determinar los reservorios y los huéspedes intermediarios de las mismas, Al mismo tiempo en nuestro horizonte investigativo per manece el interrogante respecto a la especie causante de esta patología. Llama podeiosainente la atención el hecho de que en todas las parcialidades del área se encuentran pacientes: todos ellos han presen tado alteraciones en sus pautas al inieritarias. Las quebradas de la ania.’onía ecuatoriana es tán con certeza intensamente parasitadas por las Lises larvadas del Paragonimus. Y sin embargo la densidad pohlacional es muy baja. inferior a 1 ti jkm2. Los habitantes se sitúan a lo largo de las márgenes de los ríos principa les, de forma dispersa. hasta el punto de que en 30t) km de ribera del río Napo. desde Coca a Nuevo Rocafuetie, como recordábamos au tcriormentc, la población no alcanza los 7.000 habitantes. Es evidente, por tanto, que el hombre no puede ser el reservorio principal de la enférmedad. La paragonimiasis es ante todo una zoonosis y el hombre entra en el ciclo biologico de forma accidental. Por estos tnoti— VOs la enfermedad debe tener en la zona un asentamiento antiguo; no ha podido ser conse cuencia de movimientos migratorios humanos. Las especies de Paragóninius deben conside rarse autóctonas. ¿Cuáles son los rcservorios selvaticos? Sa bemos que muchos animales de la selva inclu ven en su dieta alimentada la fauna de las quebradas. pero entre ellos no todos se en cuentran en la abundancia y amplia clistribu ción geográfica como para mantener con constancia este ciclo biológico ..Se han encon trado Paragónimus en una serie larga de ma míferos: nutrias, zarigüeyas. sisones. pumas. jaguares, gatos. perros. zorros, zorrillos, cao- lis, cerdos, etc. Quien conoce esta selsa aniazonica fácil mente constata que entre los mamíferos sus ceptibles de ser reservorios de Paragónimus deben estar los pécaris tiayassu pecan), lla mados huanganas por los nativos quichuas. Estos mamifetos. jabalíes americanos, reco iTen áreas iniportanres agrupados en manadas de varios cientos de ejemplares y se encuen tran muy extendidos en toda la región amazó mcii. En enero de 1983 iii ic iamos una investiga— cion para localizar dicha zoonosis en pécaris con los resultados qtie señalo a continuacion. Investigaciones recientes Parte de la investigación la realizamos en el campo, acompañados de habitantes nativos de 44

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